París, 7 may (EFE).- Luis Enrique podrá festejar su 55 cumpleaños por todo lo alto este jueves, un día después de que su París Saint-Germain lograra la segunda clasificación para la final de la Liga de Campeones de toda su historia, tras derrotar en la vuelta por 2-1 al Arsenal de Mikel Arteta, que peleó hasta el final por dar la vuelta a la eliminatoria pero se encontró con un rival con más puntería y un heroico Donnaruma.

El meta italiano, ya decisivo en la ida, en los octavos contra el Liverpool y en los cuartos ante el Aston Villa, protagonizó tres paradas magistrales que le valieron el billete para Múnich al equipo francés, que ante el Inter de Milán tratará de confirmar su condición de favorito.

Una hazaña para un Luis Enrique que en dos campañas al frente del club ha conseguido semifinales y final y que encabeza un proyecto joven y prometedor con mucho potencial por delante.
Solo había que ver la cara de satisfacción del presidente del club, Nasser Al-Khelaifi, sentado en el palco junto al presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, para darse cuenta de que las cosas van bien en el Parque de los Príncipes.
El técnico español, que el año pasado sopló las velas de su aniversario apenado por la eliminación del PSG en semifinales por el Borussia Dortumund, ha sabido mejorar la plantilla sin grandes estrellas tras la salida de Kylian Mbappé, pero sí con un enorme presupuesto a su servicio, el mayor de los cuatro semifinalistas.
Ante el Arsenal defendía el 0-1 de la ida y firmó una victoria trabajada, conseguida con el sacrificio que gusta predicar ‘Lucho’, que también vivirá su segunda final de la máxima competición continental tras la que levantó en 2015 con el Barcelona.
Los ‘Gunners’ amenazaron con asestar al PSG un nuevo varapalo en Europa, salieron dispuestos a meter el miedo en el cuerpo al Parque de los Príncipes y enjugar así la desventaja de 0-1 de la ida.
Pero Gianluigi Donnarumma volvió a ser providencial en los primeros minutos abortando los intentos de Rice (m.4) y Odegaard (8), oxígeno para los locales, poco acostumbrados a dejar a sus rivales el timón del juego.
El plan de Arteta consiguió arrebatar el centro del campo al PSG, colocar el juego en su zona de peligro y crear la duda. A cambio dejó espacios en su medular, una zona franca para el tridente parisiense que, huérfano de Ousmane Dembélé, su máximo artillero, se encomendó a la velocidad de Barcola, Doué y Kvaratskhelia.
El georgiano dio el primer aviso en el minuto 17 con un balón que se estrelló en un palo y Doué y Barcola seis minutos más tarde desperdiciaron una buena contra.
Pero con menos dominio de lo que están acostumbrados, también demostraron que son capaces de hacer sangre, mientras que el Arsenal perdía fuelle y lo fiaba todo al balón parado, sin mejor suerte.
Al contrario, fueron los locales quienes al saque de una falta por parte de Vitinha abrieron el marcador, tras un mal despeje de Thomas Partey que dejó el balón en la frontal, donde Fabián Ruiz se lo acomodó con el pecho y batió a David Raya con un potente disparo.
Su primer gol en 46 partidos disputados en Liga de Campeones, el premio a una gran temporada del español, convertido en un pilar del esquema de Luis Enrique, adorado por la grada y ensalzado por la prensa.
El éxtasis se apoderó del Parque de los Príncipes, que ya veía a su equipo a un paso de lograr el título con el que sueñan sus aficionados y los propietarios cataríes que han inundado de millones al club desde su aterrizaje en 2011.
Barcola volvió a marrar una contra en el minuto 30 y el Arsenal parecía perder algo de fe en la remontada.
Arteta insufló ánimo en el descanso y trabajosamente volvieron a llevar al PSG a su retaguardia, de nuevo salvados por Donnarumma, que en el minuto 64 le sacó un disparo a Saka que buscaba una escuadra.
El VAR vio un penalti por mano de Lewis-Skelly en el que nadie había reparado y el disparo de Vitinha en el minuto 69, manso y poco arriesgado, fue detenido por Raya, pero apenas tres minutos más tarde un error defensivo de Partey permitió a Hakimi lograr el segundo tanto de su equipo con otro disparo que sorprendió al meta español.
Necesitaba tres tantos el Arsenal y Saka consiguió el primero en el minuto 76, tras un robo Trossard ante Marquinhos y una buena contra. El atacante inglés pudo empatar el duelo cuatro minutos más tarde en un centro de Trossard, pero falló el golpeo a bocajarro.
Luis Enrique puso en pista a Dembélé y el francés pudo conseguir su vigésimo sexto gol, pero Raya se lo impidió. El Arsenal se lanzó a por el gol que reabriera la eliminatoria, pero los locales estaban ya lanzados hacia su segunda final, que jugarán con más fe tras la que perdieron en 2020 en un estadio vacío de Lisboa contra el Bayern Múnich.
– Ficha técnica:
2 – París SG: Donnarumma; Hakimi, Marquinhos, Pacho, Nuno Mendes (Ramos, m.88); Vitinha, Joao Neves, Fabián Ruiz; Barcola (Dembélé, m.70), Doué (Hernandez, m.74), Kvaratskhelia
1 – Arsenal: Raya; Timber (White, m.83), Saliba, Kiwior, Lewis-Skelly (Calafiori, m.68); Partey, Odegaard, Rice; Saka, Merino, Martinelli (Trossard, m.69)
Goles: 1-0, m.27: Fabián Ruiz; 2-0, m.72: Hakimi; 2-1, m.76: Saka.
Árbitro: Felix Zwayer (ALE). Amonestó a los locales Nuno Mendes (m.18) y Kvaratskhelia (86), y a los visitantes Rice (26), Lewis-Skelly (56), Calafiori (86) y Saka (86).
Incidencias: Partido de vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones disputado en el Parque de los Príncipes ante unos 47.000 espectadores.
Luis Miguel Pascual