65-71. El Unicaja sobrevive al AEK y defenderá su corona en busca de un nuevo título

Kameron Taylor, del Unicaja, ante Dimitris Flionis. EFE/EPA/GEORGIA PANAGOPOULOU

Atenas, 9 may (EFE).- El Unicaja buscará en la final del domingo ante el Galatasaray su segunda Liga de Campeones FIBA consecutiva y su cuarto título de la temporada tras vencer al AEK en Atenas (65-71) con 14 puntos y 10 rebotes del ala-pívot Dylan Osetkowski, el jugador más decisivo de un partido de alto voltaje disputado en el Sunel Arena, que contó con un ambiente espectacular, con cerca de 9.000 hinchas griegos en sus gradas.

Los aficionados del Unicaja, durante el partido de este viernes. EFE/EPA/GEORGIA PANAGOPOULOU

El equipo de Ibon Navarro logra colarse en su segunda final, al igual que hizo el pasado año en Belgrado, pero esta vez no será ante el mismo rival, La Laguna Tenerife, porque el Galatasaray se ganó con creces ser el rival de los malagueños en un enfrentamiento que ya se ha dado en la segunda ronda del torneo de este mismo año, con una victoria para Unicaja y otra para el Galatasaray.

Mindaugas Kuzminskas, del AEK, ante Tyson Perez. EFE/EPA/GEORGIA PANAGOPOULOU

Después de la derrota del Tenerife, la atmósfera del pabellón heleno empezó a cambiar hasta convertirse en un auténtico infierno amarillo y negro, los colores del AEK. Se vivió en la noche del viernes un partido de altísimos decibelios, con griterío en cada canasta local, y en ese complicado ambiente supo sufrir y también ganar el Unicaja.

Y eso que pareció algo tibio, nervioso incluso, en los primeros instantes, porque el AEK fluía con el balón. Acostumbrado a este tipo de calderas, se colocó 10-4 en un instante, pero los de Ibon despertaron rápido con su gen de vigente campeón.

El Unicaja le dio la vuelta con un parcial buenísimo para el 10-15, con David Kravish y Dylan Osetkowski conectados en la corta y media distancia. El californiano acabó siendo el más determinante con un doble-doble de 14 puntos y diez rebotes.

El escolta CJ Bryce empezó a ser el primer sostén del ataque de AEK, cogió la batuta de los griegos y los mantuvo pegados a Unicaja en un primer cuarto de puro nervio, mucho músculo y un ambiente atronador en las gradas del Sunel Arena.

Poco que prever con Unicaja tres puntos arriba (20-23) en un partido tan al límite en lo físico, con muchas faltas, más en el segundo cuarto, donde el equipo andaluz perdonó demasiado, sobre todo desde el triple. Se marchó al descanso con 5/18, aunque le salvó que AEK estuvo peor aún con un 0/5 hasta ese momento.

El Unicaja, algo acelerado, conseguía generar buenos tiros, unos cuantos sin oposición, siempre en ataques rápidos, pero no lo tradujeron en puntos. Fue un segundo acto extraño, con un parcial de 11-14, de poca anotación y muchos duelos físicos.

Sin que acompañara el acierto entre tanto generar, siguió aferrado con mucha garra el AEK, jugando con más pasión que pizarra. Tanto fue así que se acercaron a los seis puntos de distancia con toda una segunda parte por delante. Ahí tendrían su momento culmen.

Un gesto de Alberto Díaz pidiendo calma a los suyos a falta de 4:25 para finalizar el tercer cuarto (42-42) resume a la perfección el sentir de Unicaja, sobre todo después de perder varias oportunidades de ponerse a nueve puntos y acabar siendo superado por los griegos.

Porque para colmo de males de los malacitanos, se encendía Hunter Hale, máximo anotador de la temporada en AEK, que andaba desaparecido en el primer tiempo. En un visto y no visto, mientras el pabellón retumbaba por cómo anima la hinchada de AEK, Ibon Navarro pidió tiempo muerto con 51-44 en contra.

La defensa ateniense subió el nivel un peldaño más y a Unicaja le costaba encontrar su juego a campo abierto. Sabía muy bien la fórmula el veterano entrenador Dusan Dakota, que en la previa calificó al Unicaja como un espejo donde mirarse.

Entonces apareció primero el ala-pívot Tyson Pérez, fundamental para contagiar a sus compañeros de intensidad y adrenalina; lo hizo también Yankuba Sima, con un dos más uno que reavivó al Unicaja, y pronto las piezas empezaban a encajar. Málaga se veía de nuevo por delante con un triple de Osetkowski (61-62) a 5:27 del final.

Aguardaba su momento Kendrick Perry con un triplazo aprovechando un cambio en los bloqueos y, seguidamente, dos tiros libres que fueron oro. Los robos de balón, sobre todo uno de Tyson Carter, llegaron en el mejor momento y a falta de dos minutos y 29 segundos, Unicaja ganaba de seis gracias a una defensa de libro. De ahí ya no supo levantarse AEK y Unicaja jugará otra final en busca de su cuarto título esta temporada.

Ficha técnica:

65- AEK Atenas (20+11+24+10): CJ Bryce (9), Hubb (6), Gray (10), Netzipoglou (0), Golden (19) -quinteto inicial- Skordilis (0), Flionis (0), Kuzminskas (5), Kouzeloglou (2), Hale (9), Tucker (5).

71- Unicaja (23+14+13+21): Díaz (4), Kalinoski (5), Barreiro (5), Osetkowski (14), Sima (3) -quinteto inicial- Perry (10), Tyson Pérez (10), Kravish (8), Tillie (0), Balcerowski (0), Carter (5), Taylor (7).

Árbitros: Wojciech Liszka, Boris Krejic y Julio Anaya.

Incidencias: Partido correspondiente a la segunda semifinal de la Liga de Campeones FIBA, disputado en el SUNEL Arena de Atenas ante 9.000 espectadores (lleno).

Alberto Fuentes