Redacción deportes, 12 sep (EFE).- Alemania se convirtió en la primera finalista del Eurobasket tras imponerse sin excesivos problemas a Finlandia (98-86) en un choque donde tuvo seis o más puntos de renta favorable desde el arranque del segundo cuarto y en el que cinco de sus jugadores acabaron por encima de la decena de valoración, en el caso de Denis Schroder yéndose hasta los 29 dígitos tras anotar 26 puntos y repartir 12 asistencias.
En condiciones normales, sin son capaces de imponer sus virtudes colectivas al talento individual de las figuras de sus oponentes, los alemanes, vigentes campeones del mundo, deberían alzarse con el oro. El esloveno Luka Doncic, en cuartos, fue una dura prueba para ellos de la que salieron airosos, no sin apuros. Y Lauri Markkanen aparecía como el siguiente de la lista.
El ala-pívot de los Utah Jazz, no tan determinante como pueden serlo el turco Alperen Sengun o el griego Giannis Antetokounmpo en las otras semifinalistas, ya había tenido problemas para brillar días atrás en el enfrentamiento de la fase de grupos contra los germanos, firmando su peor actuación del torneo.
Esta vez fue más de lo mismo, replicando un 11 de valoración que apenas inquietó a los de Álex Mumbrú, quienes solo sufrieron en el arranque del duelo. Aupados por una sorprendente efectividad en el tiro, con un 6 de 6 en tiros de dos y un 2 de 3 en triples para 8 de 9 en tiros de campo, se presentaron los finlandeses en escena con un parcial de 11-18.
Dichas estadísticas no inquietaron a Alemania, consciente de que no podían sostenerse en el tiempo y deseosa de encontrar uno de esos momentos de inspiración con los que en ocasiones decantan los partidos. Ante Portugal y Eslovenia, en sus dos anteriores citas, hubo que esperar aproximadamente a la media hora. Ante los nórdicos acabó siendo en parte así, aunque no tanto.
Un parcial de 8-0 en el comienzo del segundo cuarto, que se sumó a los cuatro puntos de renta favorable que tenían al final del primer acto, les impulsó lo suficiente como para poder manejar el duelo guiados por el base Dennis Schroder, quien escribía el guión a su antojo, pasando cuando le tocaba pasar (8 asistencias en 11 minutos) y anotando cuando le tocaba anotar (13 puntos al descanso).
Esto último también lo hizo, y mucho, el alero Franz Wagner, en el segundo cuarto, con 15 puntos, 9 de ellos desde el perímetro. Ambos son los pilares de una máquina efectiva y bien engrasada ante la que nada pudieron hacer tampoco los finlandeses, que no se acercaron a menos de la decena hasta que hicieron acto de presencia en el segundo tiempo con un 0-5 (61-52, m.21).
El base Isaac Bonga y Schroder, con dos triples sin réplica, cortaron rápido las alas del rival. Pero Finlandia era otra, un grupo sin nada que perder y con la opción de escribir un pasaje glorioso en la historia. Faltando tres minutos y medio para el final del tercer acto comenzó a demostrarlo, con un parcial de 2-13 tejido entre el base Edon Maxhuni y el alero Oliver Nkamhoua, siete puntos el primero y cuatro el segundo, que les permitió entrar con opciones en los últimos diez minutos (81-73, m.30).
Sin embargo Alemania se guardaba el as en la manga de sus buenos arranques en los cuartos de cierre. Esta vez fue un 9-2 el que les permitió templar los nervios, reencontrar las sensaciones correctas y encaminarse hacia un triunfo que parecía inevitable en la previa. Superado el ‘trámite’ se medirá en el duelo por el título al ganador del Grecia-Turquía en busca de un trofeo que solo ha ganado una vez, como anfitrión en 1993.
– Ficha técnica:
98 – Alemania (30+31+20+17): Schroder (26), Bonga (10), Obst (7), Wagner (22), Theis (10) -cinco inicial-, Lo (2), Tristan Da Silva (13), Oscar Da Silva (2), Thiemann (6).
86 – Finlandia (26+21+26+13): Little (5), Grandison (5), Valtonen (6), Jantunen (12), Markkanen (16) -cinco inicial-, Salin (-), Nkamhoua (21), Maxhuni (9), Muurinen (12), Gustavson (-).
Árbitros: Yohan Rosso (Francia), Antonio Conde (España) y Boris Krejic (Eslovenia). Sin eliminados.
Incidencias: Partido de semifinales del Eurobasket 2025 disputado en el Arena Riga (Letonia). EFE
Carlos Mateos Gil
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