Nueva Delhi/Islamabad, 30 abr (EFE).- Más de 2.000 indios y paquistaníes residentes en Pakistán y en la India, respectivamente, se han visto obligados a volver a su país por la crisis diplomática entre ambas potencias nucleares, que ha separado familias mientras crece la incertidumbre sobre una posible acción militar india.
Islamabad y Nueva Delhi decretaron la semana pasada la revocación de la mayoría de visados de ciudadanos del país vecino en su territorio en el marco de esta escalada, que comenzó la semana pasada a raíz de un ataque terrorista en la Cachemira controlada por la India.
La India acusó a Pakistán de estar detrás del ataque, en el que murieron 26 personas.
El ultimátum para abandonar ambos países venció el 27 de abril, pero las escenas en la frontera Attari-Wagah, único paso terrestre fronterizo oficial entre la India y Pakistán, siguen mostrando a grupos de personas cruzando de un país a otro, ya sea de forma voluntaria o forzadas por las autoridades.
Estas son las claves del regreso de miles de indios y paquistaníes a su país de origen:
¿Quiénes son los afectados?

Viajeros en general: La mayoría de los ciudadanos indios residentes en Pakistán y los ciudadanos paquistaníes en la India, que se encontraban en el país con visas regulares por turismo, visitas familiares u otros motivos generales.
Familias al otro lado de la frontera: Punjab es una región que fue dividida entre la India y Pakistán durante la partición de 1947. Esta división dejó a familias con miembros a ambos lados de la frontera.
Muchas personas, tanto del Punjab indio como del paquistaní, cruzaban la frontera regularmente para visitar a familiares, asistir a bodas y participar en otros eventos sociales.
Familias cachemires: Las familias existentes con miembros a ambos lados de la Línea de Control en Cachemira, un territorio histórico que se bifurcó tras la partición.
Pacientes médicos: personas que viajaron para recibir tratamiento médico no relacionado con emergencias se les han revocado las visas.
¿Y las excepciones?
El Gobierno indio solo estableció tres excepciones que podían exceder ese plazo: los poseedores de visados diplomáticos, oficiales o de larga duración.
Esta última categoría es muy específica, y se aplica principalmente a paquistaníes de comunidades religiosas minoritarias o a mujeres paquistaníes casadas con ciudadanos indios, según el ministerio indio de Exteriores.
Pakistán, en cambio, no suspendió los visados para peregrinos sijs. Muchas gurdwaras -templos del sijismo- quedaron en suelo paquistaní tras la independencia de la India y Pakistán del Imperio británico en 1947, por lo que son habituales las peregrinaciones masivas de indios sijs al país vecino.
¿A cuántas personas afecta la medida?
Más de 2.000 personas cruzaron la frontera por el paso Attari-Wagah entre el 24 de abril -día en que entró en vigor la medida en la India- y el 29 de abril, según informaron oficiales de fronteras a la agencia de noticias india PTI.
Esto incluye a 1.465 indios que regresaron de Pakistán y a 786 paquistaníes que se encontraban en la India en el momento de la prohibición.
Pakistán ha ofrecido muy poca información sobre el proceso, mientras el Gobierno indio pidió desde el primer momento a los distintos estados del país que identificaran a todos los paquistaníes en su territorio para garantizar que cumplieran con el plazo anunciado.
Son varios los estados que han reportado la deportación de paquistaníes en sus territorios a Punjab, estado indio que hace frontera con Pakistán en el noroeste, y donde se encuentra el paso Attari-Wagah.
Familias separadas por el conflicto
Entre los afectados se encuentran muchas personas que habían viajado al país vecino para visitar a algún familiar, o para asistir a bodas u otras ceremonias.
También han sido varios quienes aseguran haber vivido durante varias décadas en el otro país, donde construyeron toda una vida e incluso una familia, y que ahora se deben ir, dejando todo atrás.
En algunos casos, además, las familias quedan separadas puesto que cada uno de los padres posee un pasaporte distinto.