Aagesen dice que algunas centrales con fallos al controlar tensión rendían bien días antes

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen. EFE/ Borja Sánchez-Trillo

Madrid, 17 jun (EFE).- La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, ha explicado que algunas de las centrales que tenían que haber sido capaces de regular la tensión en el sistema eléctrico durante el apagón del 28 de abril y que no respondieron adecuadamente «funcionaban a la perfección» en días anteriores.

Algo «curioso», según ha relatado este martes en una entrevista en Hora 25 de la Cadena Ser, donde ha querido aclarar que no hay certezas «para decir que hubiera nada intencionado», únicamente que se puede comprobar «que algunas instalaciones podrían haber funcionado perfectamente porque en días anteriores sí lo hicieron».

Aagesen se ha referido a las conclusiones del informe del comité sobre el incidente en la España peninsular y Portugal del pasado 28 de abril, el cual ha pasado por el Consejo de Ministros esta misma mañana.

De acuerdo con dicha información, el apagón tuvo un «origen multifactorial», en el que confluyeron diversos elementos. El primero de ellos es que el sistema mostraba una capacidad de control de tensión insuficiente por dos motivos.

Uno, el 27 de abril, antes del inédito episodio, el operador del sistema, Red Eléctrica, programó para el día siguiente la actividad de diez centrales térmicas con capacidad de regular tensión.

Una se declaró indisponible. Ante este cambio, Red Eléctrica decidió no sustituir esa instalación, sino que prosiguió con una previsión de recursos de control de tensión para las horas centrales del día inferiores a lo que había calculado el 27.

El número final de instalaciones acopladas fue el más bajo desde el inicio del año.

Y dos, varias de las centrales capaces de regular la tensión -y retribuidas específicamente por ello al haber sido programadas por restricciones técnicas con esta finalidad- no respondieron adecuadamente a las consignas de Red Eléctrica para reducirla.

De hecho, prosigue el informe, alguna produjo energía reactiva, esto es, lo contrario de lo requerido, lo que contribuyó a incrementar el problema.

«Esa capacidad de control de tensión depende de muchos agentes: del operador, generadores, consumidores, red de distribución…», ha contado la vicepresidenta tercera del Gobierno.

Respecto al número de instalaciones que, durante esa jornada, no estaban aportando control conforme a lo esperado aun siendo remuneradas para dar este servicio, Aagesen ha señalado que «prácticamente la totalidad tenía situaciones en las cuales no se cumplía al 100 %».

No obstante, ha obviado identificar a qué empresa o empresas pertenecían ya que la información ha sido anonimizada, entre otros motivos, «como salvaguarda a los procedimientos que vendrán después».

Sobre el documento en sí, la ministra ha insistido, como hiciera en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en que identifica las causas y pone medidas para que este incidente no vuelva a ocurrir, pero «en ningún caso era un examen judicial».

También se ha referido a que el pleno del Congreso haya aceptado iniciar la tramitación de la proposición de ley del PP para prolongar la vida útil de las centrales nucleares gracias al apoyo de Vox y la abstención de Junts.

En este sentido, Aagesen ha recalcado que si las empresas propietarias de estas centrales quieren modificar el calendario pactado en 2019 tienen que hacer una propuesta «con condiciones claras», que pasan por una seguridad máxima, que los consumidores no paguen el coste adicional y la seguridad de suministro.

«Y la solicitud como tal no nos ha llegado. Pasan los meses y no llega», ha incidido la vicepresidenta tercera.

Hace una semana trascendió que el Ministerio para la Transición Ecológica había recibido una carta firmada por Endesa e Iberdrola relativa a la prolongación de la vida útil de varias centrales nucleares.

Sin embargo, fuentes del ministerio apuntaron que la misiva no cumplía con las tres líneas rojas establecidas por el Gobierno para tramitar una petición formal -algo que no era la carta-.