Leópolis (Ucrania), 11 ago (EFE).- Los ucranianos esperan poner fin a la guerra mediante la diplomacia y algunos considerarían ceder temporalmente los territorios ocupados por Rusia a cambio de garantías de seguridad fiables, pero la mayoría comparte la postura del Gobierno de que no se pueden ceder zonas actualmente controladas por Ucrania a cambio de una incierta paz como exige Moscú.
«Lo que temo es que Donald Trump y Vladímir Putin acuerden algo a nuestras espaldas, que luego intentarán imponernos», declaró a EFE Zoreslava Taraj, profesora de inglés en la ciudad occidental ucraniana Leópolis, en referencia a la reunión prevista entre los líderes de Estados Unidos y Rusia el viernes en Alaska.
Taraj, que ve pasar a diario por delante de su apartamento los cortejos fúnebres de los soldados muertos, se encuentra entre la mayoría que comparte la opinión que insistentemente expresa el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, según las cuales las concesiones territoriales demandadas por Rusia, así como las negociaciones sin un alto el fuego previo, no conducirían a una paz justa y duradera.
«Cualquier indicio de flexibilización o levantamiento de las sanciones mientras Rusia continúa su agresión, la presión sobre Ucrania en relación con las concesiones territoriales, es una invitación a Rusia para que cometa nuevos crímenes», subrayó.

‘No’ a las exigencias de Rusia

El 76 % de los ucranianos rechaza «categóricamente» ceder a Rusia los territorios de las regiones parcialmente ocupadas, Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, que siguen bajo control ucraniano a pesar de su anexión formal e ilegal por Rusia en 2022, según una encuesta reciente del Instituto Internacional de Sociología de Kiev.
Al mismo tiempo, más de la mitad, el 54 %, aceptaría congelarlas operaciones militares a lo largo de la línea de combate actual y reconocer el control de facto de Rusia, al menos temporalmente, sobre los territorios ocupados.
El 37 % de los ucranianos también consideraría reconocer legalmente la anexión de Crimea, ocupada desde 2014, a cambio de garantías de seguridad por parte de Europa y la adhesión a la Unión Europea (UE).
«Los ucranianos siguen abiertos a las negociaciones y a la posibilidad, aunque de mala gana, de tomar decisiones difíciles. Sin embargo, la mayoría absoluta sigue rechazando las exigencias de rendición, a las que equivalen las demandas de Rusia», comentó el director del Instituto, Anton Grushetski.
Soldados contra la retirada
Muchos militares, agotados por meses de combates incesantes, buscan la paz y aceptarían un alto el fuego en la línea de combate actual.
Sin embargo, cualquier acuerdo que permita a los rusos avanzar, tomando las ciudades fortificadas de Kramatorsk y Sloviansk en Donetsk, sería inaceptable para aquellos militares que hablaron con EFE y para quienes expresan su opinión públicamente.
Dar a Rusia un pedazo de tierra «para detener la guerra es como darle un miembro a un tiburón con la esperanza de que no vuelva para devorarte por completo», escribió en su cuenta de X Oleksandr Solonko, politólogo y actualmente operador de drones que lucha cerca de Pokrovsk, en Donetsk.
Esperanzas y garantías
Algunos aún esperan que la reunión en Alaska pueda suponer un paso adelante.
«Trump es el único que está intentando traer la paz», declaró a EFE Vitali, un programador de 36 años que rara vez sale de casa por miedo a ser reclutado por el ejército ucraniano.
Él espera que Ucrania tenga que ceder algunos territorios que ha perdido en el campo de batalla, pero cree que Estados Unidos probablemente no aceptará la demanda de Rusia de más territorios.
«Para que cualquier acuerdo tenga éxito, nuestro país necesita mecanismos fiables que disuadan a Rusia de volver a atacar», añadió Vitali.
Por ahora, no hay motivos para creer que Putin haya renunciado a sus exigencias maximalistas y esté dispuesto a congelar los combates en el frente actual, argumentó el renombrado analista político Vitali Portnikov en un análisis de su canal de YouTube.
A menos que se ejerza más presión internacional sobre Moscú, el mejor resultado posible es que Putin acepte un alto el fuego a corto plazo, como regalo a Trump, comentó Portnikov, antes de advertir que eso, tarde o temprano, sólo conduciría a una guerra aún más intensa y sangrienta.
Al reunirse con Putin, Trump sólo le ayuda a salir del aislamiento internacional, señaló también Taraj en Leópolis.
«Sólo Rusia puede detener esta invasión, siempre que sienta la presión y se dé cuenta de que cada día de guerra que pase será un paso más hacia su autodestrucción política y económica», subrayó.
Rostyslav Averchuk