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Absuelto el etarra Asier Mardones de un atentado frustrado contra la Ertzaintza en 2002

Imagen de archivo (10/09/2025) La Audiencia Nacional juzga al etarra Asier Mardones Esteban (c), como presunto autor de un atentado frustrado contra una patrulla de la Ertzaintza en 2002, por el que enfrenta una petición de 152 años de cárcel.
EFE/ Rodrigo Jiménez

Madrid, 23 sep (EFE).- La Audiencia Nacional ha absuelto, por falta de pruebas, al etarra Asier Mardones de haber participado en un atentado frustrado contra una patrulla de la Ertzaintza, el 31 de agosto de 2002 en Bilbao, por el que la Fiscalía le pedía 152 años de cárcel.

Mardones, que en el juicio negó su implicación en este atentado, se encontraba en libertad por esta causa, si bien cumple condena desde 2004 por una emboscada a una patrulla de la Ertzaintza en 2003 y por intentar reconstituir el comando Bizkaia de ETA.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso EFE, la sección primera de lo Penal sostiene que no hay una prueba «directa, o un indicio sólido, que venga refrendado de otros indicios, que permita afirmar sin genero alguno de dudas que Asier Mardones hubiera participado en los hechos objeto de este procedimiento».

En definitiva, añade la sentencia, en el juicio no se han visto datos ni testimonios que corroboren que él fuera uno de los miembros del comando que robó la furgoneta al testigo protegido, antes de usarla para colocar en ella un artefacto explosivo y situarla en la calle Zamakola de Bilbao para hacerla explosionar al paso de una patrulla de la Ertzaintza.

Todo ello pese a que Mardones, cuando declaró en el momento de su detención, dijo haber pertenecido al comando Ezkaurre de ETA -lo que mantuvo en el juicio-, además de haber manifestado que su primera acción terrorista fue contra una patrulla de la Ertzaintza en la calle Zamakola mediante una furgoneta bomba, previamente robada, pero que no pudo cometerse porque no les funcionó el mando en el momento de realizarla.

Esta declaración, sin embargo, no fue después ratificada ante un juez y en el juicio aseguró que lo que dijo en aquella declaración policial fue fruto de las presiones a las que, aseguró, fue sometido durante su detención.

Esa declaración policial, dice la Sala, podría aportar unos datos que se vieran corroborados por otros datos o circunstancias que la hicieran verosímil, pero en el juicio no comparecieron como testigos ninguno de los agentes que estuvieron presentes en el interrogatorio, «de tal manera que solo se cuenta con testimonios de referencia».

En este caso, el del propietario de la furgoneta robada para cometer el atentado, quien no reconoció a Mardones como una de las personas que le sustrajo la furgoneta, «pudiendo hacerlo», observan los magistrados.

Respecto a la carta que el comando Basajaun -integrado por Mikel Carrera Sarobe, Ata, y Miren Itxaso Zaldua, Sahatsa- habría enviado a la dirección de ETA y que contiene el relato de los intentos de uno de los comandos legales bajo su tutela, el llamado Finolis, de atentar contra una patrulla de la Ertzaintza, el tribunal tampoco llega «de forma univoca a la conclusión de que Asier Mardones intervino en los hechos objeto de este procedimiento».

Se dice en ese informe que los Finolis era una forma de llamar al comando Ezkaurre no dándole el nombre verdadero para que no cayese en el caso de que la policía encontrara ese documento.

«Una afirmación que no se sustenta en dato objetivo alguno», destaca la Sala a la vez que se plantea que si esto es así: «nos preguntamos nosotros porque se llama por su nombre a otros comandos por ejemplo Basajaun».

De este modo la Sala concluye que tampoco hay prueba de cargo bastante para afirmar, sin duda alguna, la pertenencia de Mardones al comando Finolis tal y como sustenta la acusación.