Barcelona, 3 sep (EFE).- Un aficionado del Espanyol ha aceptado este miércoles un año de cárcel y dos sin ir al fútbol por abuchear con gritos y gestos racistas al futbolista negro del Athletic de Bilbao Iñaki Williams, en un partido de Liga en el estadio de Cornellà-El Prat en enero de 2020.
El acusado, K.G.B., se ha conformado ante la sección sexta de la Audiencia de Barcelona con una condena de un año de prisión y multa de 1.086 euros por un delito contra los derechos fundamentales y la integridad moral, tras alcanzar un acuerdo con la Fiscalía, que inicialmente le pedía una pena de dos años de cárcel, así como con LaLiga, que ejerce la acusación en la causa.
El seguidor del RCD Espanyol, que fue el primer aficionado al fútbol al que la Fiscalía denunció por delitos de odio por insultos racistas proferidos en un estadio deportivo, podría evitar el ingreso en prisión si así lo acuerda en su sentencia la Audiencia de Barcelona.
La condena, que la sección sexta ha impuesto ‘in voce’ y ya es firme, incluye cuatro años de inhabilitación para trabajar en los ámbitos educativos o relacionados con el deporte y dos de prohibición de aproximarse a un estadio de fútbol de cualquier categoría.
Gestos y sonidos de monos
El incidente racista ocurrió el 25 de enero de 2020, durante un partido de Liga entre el Espanyol y el Athletic Club en Cornellà-El Prat, cuando entre las 14:26 y las 14:28 horas Iñaki Williams, un jugador negro del equipo visitante, recibió abucheos e insultos racistas cuando era sustituido.
En concreto, sostiene la Fiscalía en el escrito de acusación que este miércoles ha asumido íntegramente el investigado, parte de los aficionados del Espanyol abuchearon al futbolista negro simulando los gestos de los primates y gritando repetidamente «uh, uh, uh, uh», onomatopeya con la que pretendían imitar los sonidos de los monos.
Los abucheos procedían de una parte del estadio blanquiazul situada en el sector 108 de la grada, donde se encontraba K.G.B., de nacionalidad española, quien «personalmente, entre muchos», según la Fiscalía, actuó «obrando con evidente desprecio al color negro de la piel del jugador».
El acusado profirió gritos y escenificó «gestos de menosprecio de carácter racista» contra Williams, generando en el futbolista «sentimientos de frustración, vergüenza y humillación» con el consiguiente menoscabo de su dignidad, según el relato que ha aceptado este miércoles el acusado.
Debido al acuerdo alcanzado entre defensas y acusaciones, la Audiencia ha dictado sentencia sin necesidad de practicar el resto de pruebas del juicio, que incluían la testifical del propio Iñaki Williams.
Williams se sintió «humillado»
Durante la instrucción de la causa, el futbolista del Athletic de Bilbao aseguró al juez que se sintió «humillado» por los insultos racistas y confesó sentirse indignado por que hechos de esta naturaleza se sigan produciendo en el siglo XXI.
La causa por los insultos racistas a Iñaki Williams se abrió a raíz de una querella pionera del entonces fiscal de Barcelona Miguel Ángel Aguilar -hoy fiscal de sala del Tribunal Supremo contra los delitos de odio y discriminación y el primero de España que coordinó esa especialización- después de una denuncia presentada ante el Ministerio Público por la Liga Nacional de Fútbol, que se personó como acusación.
La Fiscalía encargó una investigación a los Mossos d’Esquadra, que lograron identificar a los supuestos autores de los insultos tras examinar las imágenes de las cámaras de seguridad y gracias a la información facilitada por el RCD Espanyol sobre los titulares de las localidades de donde procedían los gritos.