Acerbi, el nuevo e inesperado referente ‘nerazurro’

Francesco Acerbi, del Inter de Milan, celebra un gol el pasado día 22. EFE/EPA/MATTEO BAZZI

Tomás Frutos

Roma, 28 may (EFE).- No es especialmente estético. De hecho, es más bien tosco, un zurdo con poca elegancia. Pero en dos años ha dejado en el dique seco a Haaland, Kane, Lukaku o Dovbyk. Su gol ante el Barcelona en Liga de Campeones, junto a su mítica historia de superación, con la muerte de su padre, el alcoholismo y el cáncer de por medio, convierten a Francesco Acerbi en el nuevo e inesperado referente del Inter de Milán.

A escasos días de que el Inter juegue la segunda final de ‘Champions’ en tres años, pues perdió la de 2023 ante el Manchester City, no existe duda alguna entre los aficionados ‘nerazzurri’ sobre la importancia capital de Francesco Acerbi en el centro de la defensa de tres centrales. Es un jugador que encarna a la perfección los valores de la grada. Entrega y pasión en cada partido.

Es, a sus 37 años, el capitán general de la línea de 3 centrales. Por experiencia, por nivel, por jerarquía. Su exhibición en estas últimas tres temporadas en el Inter, equipo al que llegó como petición expresa de Simone Inzaghi, su entrenador también en el Lazio, es uno de los detalles que explica el éxito de este Inter.

El anti-Haaland

“Un central pesimista”, dijo Ancelotti sobre Nacho. Es exactamente así Acerbi. Que se lo pregunten a Haaland, que al final del partido más reciente entre ambos clubes, en septiembre de 2024 (0-0), le preguntó al central de manera irónica si quería la camiseta después de un marcaje constante.

Ya era la segunda vez que Acerbi le negó el gol. La anterior fue en la gran final de Estambul en 2023. Aunque en ese momento Haaland acabó alzando el título. Luciano Spalletti, seleccionador italiano, le convocó para el próximo parón de selecciones precisamente por este motivo, por que Italia se mide a Noruega.

Jugar en el centro de la defensa de 3, escoltado por Bastoni y Pavard o Bisseck, le permite estar más resguardado a la espalda. No es rápido y sus 37 años pueden pasarle factura los balones al espacio, pero aún así tiene grandes números.

De hecho, según datos de BeSoccer para EFE, de entre los centrales con 35 años o más, es el 3º en minutos de todos los que hay en grandes ligas, con 2.622 jugados. Sólo es superado por David López (3.111) y Daley Blind (3.558), ambos del Girona. Y Blind compaginándolo con el lateral.

Contra el Barcelona, en la vuelta de semifinales, rubricó 8 intercepciones, el 2º mejor dato de la temporada en esta competición; y 17 recuperaciones, 5º mejor dato en la temporada.

Además, gana en Liga de Campeones casi el 60% de sus duelos, está entre los centrales con mayor porcentaje de duelos aéreos ganados (casi 70%) y con mayor número de despejes (más de 4 por partido).

No todo son buenos números defensivos. También aporta arriba. Su 1.92m le convierte en un peligro a balón parado. Pero su espíritu combativo es lo que le convierte en un recurso en los minutos finales, cuando se coloca como delantero centro. Ante el Barcelona desató la ilusión con el gol en el minuto 93 que llevó el partido a la prórroga, donde Frattesi completó una gesta histórica.

La muerte de su padre, el alcohol, el cáncer y las acusaciones de racismo

 No ha sido una carrera toda reluciente la suya. Es una de las más complicadas, de esas que parecía encaminar a un retiro temprano. Su padre murió cuando él tenía 24 años, mientras jugaba en el Chievo Verona.

Era 2012 y la vida se le vino abajo. Fichó por el Milan y tocó fondo. Alcohol, fiesta, poca profesionalidad y ninguna motivación por el fútbol. Pasó al Génova y tampoco cuajó. Y en 2013 firmó por el Sassuolo, donde renació.

Curiosamente, su renacer llegó gracias a un cáncer. Así lo contó él en varias entrevistas. “El cáncer me ha salvado”, aseguró. Estaba pasando reconocimiento médico en julio con los ‘nerverdi’ y se le detectó un tumor en los testículos. Se operó de urgencia en Milán y a los pocos meses, en septiembre, volvió al campo.

Todo pareció estar bien hasta que dio positivo en dopaje en diciembre. Algo no le cuadraba, estaba limpio. El motivo del positivo se descubrió estaba provocado por una recaída en el cáncer, más fuerte, que le obligó a recibir quimioterapia.

La recuperación, el estar apartado del fútbol, el dejar de beber… todo le llevó a la reflexión y cambió su vida. Se volvió un profesional impoluto. Lo jugaba prácticamente todo. Y en 2018 recogió los frutos con un fichaje por el Lazio que, a la postre, le abrió las puertas del Inter.

Una etapa perfecta en lo deportivo como ‘nerazzurro’, pero manchada por unas acusaciones de racismo sobre el central brasileño Juan Jesus, del Nápoles, que la Fiscalía de la Federación Italiana (FIGC) nunca llegó a sancionar por falta de pruebas.

Acerbi, titular indiscutible, es ahora, gracias a su cambio radical de vida, el nuevo e inesperado referente ‘nerazzurro’, un central que encarna los valores de la afición interista, que se vuelca en ataque en busca de la victoria y que se sacrifica en defensa como ningún otro. La ‘Champions’ del Inter pasa por su partido en Múnich.

Tomás Frutos