Madrid, 19 may (EFE).- Grandes, pequeñas, peludas o brillantes, las abejas silvestres, más de 1.000 especies solo en España, viven amenazadas por la pérdida de hábitat y el cambio climático, y aunque la merma de sus poblaciones sigue siendo una preocupación global aún hay esperanza para su recuperación, sobre todo para aquellas que se adaptan a vivir en ambientes humanizados.
Con motivo mañana del día mundial de las abejas, y bajo el lema “Inspiradas por la naturaleza para nutrirnos a todos”, Naciones Unidas (ONU) pone en valor el bienestar de estos polinizadores, un reflejo directo de la salud ecológica, alimentaria y social de la sociedad.
En una entrevista con Efe, Ignasi Bartomeus, investigador de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), ha incidido en los problemas que afectan a las abejas, como son el aumento de las temperaturas a nivel mundial, que fuerza a estos insectos a buscar zonas más frescas para sobrevivir, el uso de pesticidas y el cambio de bosques y praderas, por campos de cultivo y ciudades.
Entre las abejas silvestres hay un escenario de muchas perdedoras y solo unas pocas son ganadoras del cambio global, es decir, “las que se pueden adaptar a vivir en ambientes donde vive el ser humano”, ha explicado Bartomeus.
Desconocidas algunas de sus características más importantes para una parte de la sociedad, el investigador ha enumerado, que por ejemplo pueden tener multitud de tamaños, desde muy grandes, como algunas especies de abejas carpinteras (Xylocopa violacea, 3 cm de largo), hasta muy pequeñas, como especies del grupo de las Micrandrenas (0.3 cm de largo).
Además, -ha aclarado el experto- pese a la creencia de que todas las abejas viven en colonias con una reina, muchas más obreras y algunos zánganos, la mayoría de las especies de estos polinizadores viven en solitario, no forman colmenas ni enjambres y en muchos de casos tampoco producen miel, pero son importantísimas para las plantas.
Pregunta.- ¿Siguen las abejas en declive mundial y en España en particular?
Respuesta.- Es complicado saber el estado de las abejas a nivel mundial, porque tenemos pocos datos. Hay que diferenciar las tendencias de la abeja de la miel, que al estar gestionada por los apicultores tiene tendencias estables o al alza (no porque tenga pocas amenazas, sino por que cada día hay más apicultores), de las tendencias de las abejas silvestres.
P.- ¿Cuáles son las consecuencias de la disminución de sus poblaciones?
R.- Las abejas son importantes para polinizar las plantas y que fructifiquen. No solo las plantas silvestres dependen de ellas, sino muchos cultivos como el tomate o los melocotones.
P.- ¿Y sus principales amenazas?
R.-La pérdida de hábitat ha sido el factor principal, aunque el cambio climático ya les está afectando mucho. Los insectos no regulan su temperatura como los humanos, y por tanto su metabolismo va al ritmo de la temperatura exterior, y esto afecta desde cuando están activados hasta su tamaño.
P.- Su disminución ¿implica también un fuerte impacto económico en agricultura y apicultura?
R.- Sí, en zonas de agricultura intensiva (grandes monocultivos, sin hábitat natural cercano, y uso de pesticidas) se documentan pérdidas de producción agrícola entre el 10 por ciento y el 40 por ciento dependiendo del cultivo por falta de polinizadores.
P.- ¿Qué se puede hacer para protegerlas y crear conciencia en la sociedad?
R.- Las abejas no son difíciles de conservar, ya que en poco espacio pueden prosperar, pero requieren de espacios naturales con plantas nativas y sin químicos.
P.- ¿Hay esperanza en su recuperación?
R.- Yo creo que sí. Una cosa importante es que aún se han documentado pocas extinciones, eso significa que si les dejamos un poco de espacio, pueden recuperarse. Las principales amenazas son compartidas con muchos otros animales y con nosotros mismos. Frenar el cambio climático está en nuestras manos y es tan importante para nosotros como para las abejas.
P.- ¿Cuáles son las principales medidas de restauración?
R.- Lo más importante es no destruir más los ecosistemas y darles espacio. La naturaleza es más resiliente de lo que parece si le da espacio y tiempo.