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Adriana Cavarero: «Ataques al feminismo vienen tanto de la derecha como de la izquierda»

La filósofa italiana Adriana Cavarero considera que "los ataques al feminismo vienen tanto derecha como de la izquierda" y asegura a EFE que ambas ideologías pretenden que la mujer vuelva a convertirse en un simple vientre incubador: la derecha, en su defensa de la "familia tradicional" y del hogar, y la izquierda, con la maternidad subrogada. EFE/Festival de las Ideas  *****SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO) *****

Madrid, 24 sep (EFE).- La filósofa italiana Adriana Cavarero considera que «los ataques al feminismo vienen tanto de la derecha como de la izquierda» y asegura a EFE que ambas ideologías pretenden que la mujer vuelva a convertirse en un simple vientre incubador: la derecha, en su defensa de la «familia tradicional» y del hogar, y la izquierda, con la maternidad subrogada.

La pionera del feminismo italiano lamenta en una entrevista con EFE en Madrid que las izquierdas y el «progresismo cultural» se agarran al argumento de que «la mujer es libre para vender su propio cuerpo», lo que es «vergonzoso» pues es «un aprovechamiento de la mujer como una máquina de reproducir y lo justifican en nombre de la libertad».

Pero Cavarero (Bra, Italia, 1947) también aborda «modas» como la de las ‘tradwives’ (esposas tradicionales), un «fenómeno» sobre todo en Estados Unidos, donde parejas normalmente «de la derecha estadounidense cristiana» se van a sitios rurales a tener muchos hijos.

«Desde el punto de vista feminista lo considero muy peligroso y yo creo que es producto de la necesidad que tienen las sociedades occidentales de tener una alta natalidad», explica.

«Desde luego yo respeto la decisión de una mujer de tener 8 hijos y estar en casa», justifica, pero considera «muy complicado que sea una libre decisión independiente», porque «estamos muy condicionados por los mensajes culturales de la sociedad».

La autocensura feminista

Cavarero acaba de publicar en español ‘Mujeres que amamantan cachorros de lobo’ (Galaxia Gutemberg), donde explora desde la filosofía lo «tremendo», «repulsivo» y «atractivo» de la maternidad.

Ha tenido que salir de la «autocensura», pues considera que «en el ámbito feminista hubo una prohibición de hablar de la maternidad, porque tradicionalmente se consideraba como una jaula biológica para las mujeres y también una jaula social, cultural…».

«En la tradición feminista no se habla de la maternidad, se habla de la mujer libre, del sentimiento libre, mientras yo he tenido el valor y la ganas de superar esta autocensura», apunta.

Cree que es «un tema muy difícil» porque a sus 78 años hablar a las generaciones jóvenes puede ser percibido como un mandato de que tienen que ser madres, pero quiere abrir el debate y el abanico y dejar claro que la maternidad es una elección.

Veía importante sacar la maternidad de la imagen puritana y luminosa de la Virgen María, la «madonna», pues «con esa luz no se puede ver el lado oscuro de la maternidad».

«El cuerpo humano, en su singularidad, en su fragilidad, tiene esta fuerza generativa, por eso es tremendo», dice la italiana, que prosigue: «No es que la maternidad venga oscura, es que se oscurece de alguna manera. Es al mismo tiempo tremendo, espantoso, pero también prodigioso».

Filosofía patriarcal

El tema de la maternidad es también un vacío en el pensamiento filosófico, cuyas grandes figuras -masculinas- han abordado los «grandes temas» como la verdad, la muerte o la existencia.

«La tradición filosófica desde Platón hasta nuestros días se centra en la categoría de la muerte. Los seres humanos nacen para morir. Mientras que Hanna Arendt (…) dice que hay que centrar el pensamiento sobre el nacimiento porque no estamos en el mundo solo para morir», apunta Cavarero.

El propio Platón decía que las mujeres dan a luz en el cuerpo y paren hijos, criaturas mortales, mientras que los hombres alumbran en su cabeza y paren ideas que son inmortales. La filosofía «es muy patriarcal», lamenta.

La autora también entra a una de las grandes disputas del feminismo, la cuestión trans, y es tajante: «El embarazo es solo femenino porque solo el cuerpo femenino tiene el útero para poder parir».

«La biología reproductiva es femenina», insiste.

Y asegura que se trata de «la moda contemporánea de escoger cada uno su propia identidad», que forma parte de la «hegemonía cultural».

«En esta época hay una corriente cultural que dice que si te sientes confundido es porque tienes una disforia de género. Es un mensaje contagioso», apunta la italiana.

Cavarero sabe que este tipo de discursos son también manejados por la extrema derecha, pero lamenta la polarización actual: si perteneces a lo que ella lama «galaxia LGTBI» -y defiendes los vientes de alquiler y la transición de género- eres de izquierdas pero si dices «que solo una mujer nace mujer» te encasillan en la ultraderecha.

«Esta categorización impide la comprensión y es muy peligrosa para la historia de la libertad de las mujeres, para el feminismo», explica la filósofa, que cree que esta polarización está disminuyendo, entre otras cosas porque, según considera, ha ayudado en la victoria electoral de figuras como Donald Trump.

Aunque ahora mismo es consciente de que «el diálogo es muy difícil»: «si yo digo que solo las mujeres dan a luz, me dicen que soy tránsfoba y yo no soy transfoba; yo he luchado en San Francisco del lado de las trans para que obtuvieran derechos, pero en este momento la polarización me impide el diálogo», zanja.

Por Irene Escudero