Bogotá, 7 may (EFE).- A Agustín Fernández Mallo le tomó 12 años escribir la historia de su padre en el libro ‘Madre de corazón atómico’, un proceso que comenzó cuando su progenitor ya tenía una degeneración cognitiva y que, como lo revela en una entrevista con EFE, lo llevó a reflexionar sobre cómo “la identidad es una alucinación del ego”.
“Eso es algo que a mí me cambia la vida y la forma de entender qué es la muerte, la vida, la enfermedad y, sobre todo, la identidad. De ahí lo que digo en el libro, que la identidad es una alucinación del ego. El ego alucina que tiene una identidad, pero esa identidad cambia en un segundo”, expresa el escritor español.
Fernández Mallo presentó en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FilBo), que tiene a España como país invitado de honor, su más reciente obra ‘Madre de corazón atómico’ (Seix Barral), en la que sigue los pasos de su padre y termina haciendo reflexiones profundas sobre la vida, la muerte y la identidad.
Este proceso, afirma, “cambió muchas cosas” en su vida y como ejemplo de ello dice que el libro arranca manifestando “que la muerte no existe”.
“Es algo de lo que yo no me había dado cuenta hasta que muere mi padre, pero claro, un padre solo se muere una vez o una madre solo se muere una vez”, recalca.
El escritor español, a renglón seguido, reflexiona: “Me doy cuenta de que la persona fallecida lo que hace es empezar rápidamente a recomponerse en tu cabeza de otra manera (…) Esa fue en realidad la última lección que me da mi padre, que es: ‘hijo mío, yo muero, pero muero para que entiendas o para que sepas que resucito en ti’, porque el muerto te acompaña siempre”.
Los muertos no se pueden defender

Fernández Mallo, autor de ‘Nocilla Dream’, asegura que su familia ha recibido bien la obra sobre su padre, aunque confiesa que “siempre es muy delicado hablar sobre alguien muerto”, porque “los muertos no se pueden defender”.
“No hay ningún ataque porque no tengo nada de qué atacarle (a su padre) y en ese sentido estaba tranquilo. Y luego, lo que sale de mi familia es muy circunstancial, es porque tienen que aparecer por contexto, pero tampoco cuento la vida de mi familia en sí, es más la vida de mi padre”, explica el autor, también físico.
El escritor considera que a la hora de plasmar en el papel el relato “los sentimientos y las emociones pasan a un segundo plano”, pues ‘Madre de corazón atómico’ “no es un libro lacrimógeno, es un libro que celebra la vida y el futuro”.
“Son sentimientos, en todo caso, de celebración del legado de un padre y de una madre”, expresa.
Temas de interés colectivo

El autor no pretende que el suyo sea “un libro que trate de la memoria de España”, aunque “inevitablemente cuando hablas de la vida de tus padres, en este caso de mi padre, a lo largo de todo un siglo, hay un contexto, que es el contexto de España”.
Sucede que termina contando ese contexto “a partir de determinados detalles de mi familia, de mi padre (…) una serie de cosas de las que podemos hablar”.
“El año anterior a que él muriera y luego también cuando muere me doy cuenta de que deseo y tengo que contar su vida, cómo fue su vida conmigo. Y ahí empiezo a escribirlo en lo que yo creí que iba a ser una empresa, no difícil, tampoco fácil, pero bueno, sin embargo, fueron 12 años, porque era más difícil de lo que yo pensaba”, agrega.
En esa exploración llega, por ejemplo, al relato de cuando su padre vivió la Guerra Civil española y “como con su madre, con mi con mi abuela, tuvo que huir tanto de un bando como del otro”.
“Eso es algo que colectivamente a mucha gente le impactó porque no es, no era tan normal encontrar un caso de personas que huyeran de ambas partes. Eso tiene que ver con la memoria colectiva, pero no es algo lo que haya yo atendido demasiado porque no es el objetivo del libro” concluye.
Jorge Gil Ángel