Nueva York, 9 sep (EFE).- El artista y activista chino Ai Weiwei cuestiona el sentido de las guerras en un ‘santuario’ instalado este martes en un extremo de la isla de Roosevelt en Nueva York, frente a la sede de Naciones Unidas, donde se reunirán este mes los líderes del mundo.
Ai (Pekín, 1957), un conocido disidente del régimen comunista chino, presentó su nueva obra ‘Camouflage’, que levanta una carpa decorada con este estampado bélico en el punto más al norte del parque Four Freedoms, creando un refugio para que los visitantes se detengan a reflexionar.
El lugar y las fechas elegidos para la obra no son casuales, puesto que será visible desde las ventanas de la ONU, que celebra a partir del 22 de septiembre la Asamblea General, este año dominada por la guerra de Gaza, y a su vez reconocerá el 80 aniversario de la Segunda Guerra Mundial.
El artista, recién llegado de visitar Kiev y zonas de Ucrania en la línea de fuego de Rusia, dijo unas palabras en la inauguración y, tras recordar momentos «de miedo», alabó «el sol, la brisa y el agua fluyendo» cerca de su obra, que considera «fácil de disfrutar» pero «tiene diferentes capas de significado».
Y es que, si uno se acerca al estampado de camuflaje de Ai, que también cubre varias superficies del parque, se dará cuenta de que las formas oscuras son siluetas de gatos y perros, y además lleva superpuesta una red en la que se pueden atar cintas de colores con mensajes en defensa de la libertad.
Bajo el techo de la ondeante carpa, el también arquitecto y pensador ha colocado un letrero de color neón rosa que, a partir del atardecer, luce un proverbio ucraniano sobre la naturaleza dual de la guerra, y que dice así: «Para algunos, la guerra es la guerra, para otros, la guerra es la madre querida».
«La guerra siempre beneficia a alguien»

«¿Por qué la madre querida? Significa que la guerra siempre beneficia a alguien, y estará feliz de tener una guerra», explicó el artista, para quien esa frase permite «entender intelectualmente por qué sigue la guerra, cuando tantas vidas han sido sacrificadas».
«Así que nosotros, si la sociedad humana, tenemos alguna conciencia, debemos parar la guerra. Debemos proteger la vida. De lo contrario, no tenemos nada más que pedir», sentenció Ai, que no nombró un conflicto concreto, pero dijo temer la posibilidad de una «tercera guerra mundial».
La zona donde está ‘Camouflage’ está coronada por un busto del presidente Theodore Roosevelt y una inscripción sobre las cuatro libertades fundamentales que defendió -las de expresión, culto, vivir sin penuria y sin miedo- y que posteriormente fueron incluidas en la Carta de las Naciones Unidas.
Ai reivindicó, señalando su experiencia vital, que la libertad de expresión es una causa por la que vale la pena luchar, y lanzó un dardo a Estados Unidos: «En las universidades, las publicaciones, los medios, muchas cosas no se pueden mencionar, muchas verdades deben taparse y todos los hechos han sido alterados».
Y, además, aprovechó para explicar su elección de mascotas para el estampado de camuflaje, recordando que «todas las vidas son importantes y a menudo lo olvidamos» en las tragedias creadas por la humanidad, como «hambrunas o incluso una pandemia», apostilló.
Como parte de la inauguración, la bailarina PeiJu Chien-Pott interpretó, envuelta en malla de camuflaje, una variación contemporánea de la pieza ‘Lamentation’ de la prestigiosa coreógrafa Martha Graham delante del santuario, y con el atardecer anaranjado de fondo, recortado por el perfil de Manhattan.
Nora Quintanilla
