París, 6 mar (EFE).- El consejero delegado de Air France-KLM, Benjamin Smith, reiteró este jueves su interés por la compañía española Air Europa, aunque señaló que la presencia de su competidor IAG en su capital, con una participación del 20 %, es un problema para una eventual operación de consolidación.
“Air Europa es interesante”, señaló Smith en la conferencia de prensa de presentación de los resultados anuales de 2024 al ser preguntado sobre si su compra continúa siendo un objetivo.
Smith recordó que en Europa quedan pocas aerolíneas independientes y citó los casos de la finlandesa Finnair, la polaca Lot, Air Europa y la portuguesa TAP.
Además, hizo hincapié en que conoce “muy bien” a la compañía española porque ambas comparten alianza, SkyTeam, y por las relaciones con la familia propietaria.
El consejero delegado también confirmó su interés por TAP y recordó que la semana pasada acompañó al presidente francés, Emmanuel Macron, a su viaje a Portugal, visita en la que se reunió con miembros de su Gobierno para hablar de esa cuestión. Las discusiones fueron “bastante positivas”, apuntó.
Sobre TAP, dijo que para los responsables portugueses lo importante es que quien tome el control de la aerolínea garantice el mantenimiento de las conexiones transatlánticas, sobre todo con Brasil, y el empleo.
Smith recalcó que Air France-KLM tiene experiencia a ese respecto porque dio esas mismas garantías a Francia y a Países Bajos cuando se creó el grupo, en 2004, y las ha cumplido.
El pasado año el beneficio de Air France-KLM se redujo un 66 %, hasta 317 millones de euros, mientras que el resultado de explotación bajó un 6 %, hasta 1.601 millones, con un margen de explotación del 5,1 % (una décima menos que en 2023).
Para este año, la empresa tiene intención de incrementar entre un 4 % y un 5 % sus capacidades y espera aumentar su beneficio operativo neto (ebit) en al menos 300 millones, todo ello después de integrar el impacto de la nueva tasa a los billetes de avión en Francia (que le restará de 90 a 170 millones) y el incremento de las tasas en el aeropuerto de Schiphol, en Amsterdam (de 65 a 110 millones).
En el lado positivo, el grupo franco-neerlandés confía en un efecto positivo de los Juegos Olímpicos de París el pasado verano, que debería traducirse en más pasajeros atraídos por la capital francesa.
No obstante, el consejero delegado anticipó que este año tampoco se distribuirá dividendo a los accionistas y que “queda mucho trabajo después de dos años de pesadilla”, en alusión al hundimiento de la actividad por la covid a partir de 2020.
Entre los puntos pendientes, dijo que queda por finalizar la sustitución de las operaciones de Air France por las de la filial de bajo coste Transavia en el aeropuerto parisino de Orly, que tardará dos años más.
En Orly, Transavia está ampliando su red -gracias a los derechos históricos que tenía Air France- para desplegar una oferta de vuelos de bajo coste a destinos europeos concentrados en esa plataforma.
Ese aeropuerto es ahora más atractivo con la apertura, en julio, justo antes de los Juegos Olímpicos, de una línea de metro directo desde París.