Kinsasa, 15 abr (EFE).- Al menos 14 personas murieron por las lluvias torrenciales que cayeron desde el pasado domingo en el oeste de la República Democrática del Congo (RDC), en la provincia de Kongo Central, informó a EFE este martes un representante de la sociedad civil local.
“La zona fue duramente golpeada por las inundaciones causadas por las lluvias, que cayeron durante todo el domingo y ayer, lunes, y provocaron 14 muertos y 23 heridos”, dijo a EFE Justin Robben Diasilwa, portavoz de la sociedad civil del territorio de Kasangulu, donde sucedió el desastre y fronterizo con la capital del país, Kinsasa.
Según el portavoz, 1.782 personas se vieron afectadas por estos hechos, que provocaron el derrumbe de 128 casas, lo que dejó a un centenar de personas sin hogar y a la intemperie, según los datos registrados solo hasta el momento.
“La ministra de Asuntos Sociales, Nathalie Aziza Munana, se encuentra en el lugar. Está repartiendo comida y colchones a las víctimas, que han perdido muchas de sus pertenencias”, añadió Diasilwa.
Más víctimas en la capital
Por otro lado, las inundaciones y los deslizamientos de tierra causados por las fuertes lluvias que azotaron la capital congoleña a principios de mes han provocado la muerte de setenta personas hasta el momento, según confirmó a EFE este lunes el Ministerio de Salud del país.
Tras las lluvias torrenciales, que sacudieron Kinsasa entre el 4 y el 5 de abril, el Gobierno recomendó a la población abandonar las casas afectadas por la catástrofe, prestar atención a los cables eléctricos cortados y no atravesar las aguas estancadas, para evitar el riesgo de ahogo, electrocución o transmisión de enfermedades.
Las fuertes lluvias provocaron el desbordamiento del río Ndjili, que atraviesa parte de Kinsasa, una ciudad de alrededor de 17 millones de habitantes, lo que inundó el Boulevard Lumumba, la avenida más larga e importante de la urbe, así como las viviendas cercanas.
El desastre dejó calles y casas completamente inundadas y destruidas por el agua en diversos barrios, lo que ha dejado a muchas personas sin un hogar al que volver, además de arrasar puentes y otras infraestructuras.