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Alba II, el sincrotrón que ofrecerá una resolución nunca vista para escudriñar la materia

La ministra de Ciencia, Diana Morant (i), y el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, acompañados por la director del Sincrotrón ALBA, Caterina Biscari (2d), visitan este martes las instalaciones antes de formalizar la firma del acuerdo para financiar la renovación del Sincrotrón ALBA, que permitirá la transformación del ALBA en una infraestructura de luz de sincrotrón de cuarta generación. EFE/Enric Fontcuberta

Jordi Font Comas d’Argemir

Barcelona, 10 sep (EFE).- La actualización del sincrotrón de Cerdanyola del Vallès (Barcelona), el Alba II, permitirá escudriñar las intimidades de la materia con una resolución nunca antes vista, lo que tendrá múltiples aplicaciones en tratamientos médicos, cambio climático o en el campo de los chips y baterías.

El sincrotrón Alba es como un gran microscopio que ya usan, desde hace más de una década, más de 3.500 investigadores cada año, procedentes de campos tan diversos como biomedicina, nanotecnología, química, física de materiales o energía.

Esta infraestructura permite observar la materia con una potentísima resolución, gracias a la conocida como luz de sincrotrón.

Esta luz se consigue haciendo circular partículas a gran velocidad en una órbita cerrada, a las que se lanzan electrones, desde un acelerador.

Un potente campo magnético acelera los electrones hasta llegar a una velocidad cercana a la luz y entonces emiten la luz de sincrontrón, formada por fotones, con la que se puede observar la materia.

El actual Alba, inaugurado en 2010, es un sincrotrón de 3a generación, que dispone de trece líneas de luz y una plataforma de microscopía que permite visualizar la estructura y las propiedades de la materia.

En concreto, permite observar el interior de la materia con una resolución de entre 20 y 30 nanómetros (un nanómero es la milmillonésima parte de un metro).

Observar con esta resolución permite entender mejor cómo funcionan los antibióticos, crear terapias nuevas, ver cómo se degradan los plásticos o crear nuevos chips o baterías más sostenibles.

Un salto en la resolución

Con el Alba II, que entrará en servicio en 2032, se lograrán haces de electrones aún más brillantes y coherentes, con lo que se mejorará la resolución hasta unos 2 o 3 nanómetros.

Este nivel de resolución permitirá estar en la vanguardia de la nanotecnología y ampliar el abanico de prestaciones, con aplicaciones diversas en salud, cambio climático o materiales de nanotecnología.

El aumento de la resolución se logrará mediante la sustitución de los aceleradores de partículas, la actualización de las líneas de luz existentes y la construcción de nuevas, que serán extra largas, además de dos líneas de luz adicionales.

También se renovará la infraestructura de datos y se construirán nuevos edificios y laboratorios.

Una inyección de financiación

Si bien el proyecto de renovación se inició en diciembre del 2020, con la fase de diseño, se espera que coja ritmo en los próximos años, con el horizonte de 2032 como año de finalización, gracias a una nueva inyección de financiación.

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, firmaron este pasado martes el convenio para financiar el proyecto Alba II.

En los próximos 14 años, hasta el 2038, Gobierno y Generalitat aportarán en total 926,3 millones de euros, una cifra que duplica lo que destinaban hasta el presente a la infraestructura.

De esta cuantía, 170 millones serán en concreto para los trabajos de actualización del sincrotrón y el resto es para el funcionamiento y mantenimiento de la infraestructura.

Una actualización paulatina

La actualización se hará de forma paulatina: el actual sincrotrón Alba seguirá en operación hasta finales de 2029, cuando se parará la infraestructura durante 2 años para reemplazar los aceleradores, ponerlo en marcha y testear las nuevas líneas con la nueva fuente de luz.

Está previsto que el 2032 comience a operar con la tecnología de cuarta generación.

Según el análisis económico del propio proyecto, la renovación tendrá un impacto en la sociedad, pues por cada euro invertido en Alba II tendrá un retorno social anual de 1,20 euros.

Además, a nivel laboral, el proyecto de renovación generará un incremento de empleo altamente calificado: el centro cuenta con 275 profesionales y se prevé llegar a los 330 en los próximos seis años.