Madrid, 12 jul (EFE).- Cada vez son más los países que miran a España para elegir a sus seleccionadores de baloncesto, esperanzados con dar un salto adelante de la mano de nuevos conceptos. A ese fenómeno no es ajeno el Afrobasket femenino que se celebrará del 26 de julio al 3 de agosto en Costa de Marfil: Sudán del Sur y Egipto decidieron apostar por Alberto Antuña y Julián Martínez, respectivamente.

Antuña (Murcia, 1991), también entrenador del Azulmarino Mallorca Palma, llega a la cita con «la ilusión y la motivación de hacerlo bien» con un equipo debutante en el torneo, que tiene como espejo al equivalente masculino que dejó buenas sensaciones en el Mundial y en los Juegos Olímpicos.
«Es un equipo muy joven, al igual que el país. Excepto una jugadora que pasa los 30 años, el resto son todas de entre 18 y 23, el núcleo grande. La mayoría ha estado en ‘college’ americano y el resto están viviendo sus primeras experiencias profesionales en España, en Australia… Es un grupo con mucha ilusión», detalla en una entrevista con EFE.
Para Martínez (Sevilla, 1970), el reto pasa por alcanzar las semifinales, algo que Egipto no ha conseguido en 48 años: «Se explica por la ausencia de jugadoras grandes, que nunca las han tenido, y por el atleticismo de los países africanos. Están un poco sorprendidos por el nivel de agresividad que estamos teniendo ahora en el equipo. Hasta ahora no se habían sabido adaptar a ese tipo de juego moderno, en el que todo va un poco más rápido de lo que ellos hacían».
«El país en sí tiene unas posibilidades enormes a nivel de logística, infraestructura, organización, capacidad…. y eso se traduce en el deporte. Y después es un país muy grande, te da una base de trabajo importante. Yo tengo muchísimas jugadoras entre las que he elegido», manifiesta a EFE.
Un equipo y otro llegarán a la cita de forma diferente. Así, Sudán del Sur ha decidido prepararse en Segovia: «Allí no existen instalaciones de nivel máximo para llevar a cabo un ‘training camp’ en condiciones. Si lo haces en el país la gente te ve más, puedes interactuar más con todo. Pero el propio país sabe la situación real que están viviendo».
El caso de Egipto es totalmente opuesto pues lleva ya un mes preparándose y, además de jugar el Campeonato Árabe podrá disputar muchos amistosos, algunos de ellos como anfitrión.
Las infraestructuras, en ese sentido, ayudan: «Tenemos una instalación que es como un centro de alto rendimiento con un pabellón para 7.000 personas que es donde vamos a jugar un torneo. Y un hotel de 5 estrellas dentro con gimnasio, pista de calentamiento, piscina. Y esa es una de las 4 ó 5 instalaciones de las que podemos disponer de nivel alto. No es necesario ir a otro sitio», relata Martínez.
De hecho no aprecia muchas diferencias, por ejemplo, con una selección europea como Letonia, en la que también se integró: «Quizás la única es que allí tuvimos que deshacernos de muchas jugadoras de más de 1,90 y aquí estamos buscando algunas. A nivel de organización se parecen mucho pero en lo que respecta a usar la selección femenina como una herramienta para transformar la sociedad tienen mucho que trabajar porque no hay marketing, no hay una idea alrededor de la selección para hacer que la gente venga».
Aun así Martínez, con gran experiencia internacional, conoce también ‘la otra cara’: «Entrené a la selección de Mozambique femenina y a nivel de medios, la comparación es brutal. Allí no jugamos ni un solo partido, no nos dieron la posibilidad ni de viajar ni de traer a nadie. Entrenábamos a las 5 de la mañana para que las jugadoras pudieran ir a trabajar después. No conmigo, pero en una ventana FIBA el equipo llegó a México 5 horas antes del primer partido. Viajaron desde el aeropuerto al estadio directamente».
Unas limitaciones en el plano organizativo que vive ahora Antuña, con pasado también como miembro del cuerpo técnico del combinado de Montenegro: «Posiblemente una federación europea lo organiza todo mucho al medio-largo plazo, si hay una ventana de febrero ya en noviembre sabes todo; cuándo vas a viajar, cómo… las federaciones africanas van un poco más a la semana de antes y con cambios de última hora. Lo extradeportivo es la mayor diferencia; lo deportivo, no».
Las facilidades para el ‘scouting’ son otra cuenta pendiente: «A nivel individual es donde nos centramos más porque el 70 o el 80 % de jugadoras de cualquier selección africana juega en Europa y es fácil acceder a ello con los software que existen a día de hoy. Es más difícil a nivel de scouting colectivo, de España puedes encontrar 10 ó 12 partidos del último año y a lo mejor de Camerún, que es uno de los rivales del grupo, el único es del último Afrobasket de hace dos años».
Por su parte, Martínez expresa: «Aquí todavía se hace poco streaming, todavía se trabaja buscando los vídeos a través de las selecciones contra las que han jugado tus contrincantes, aunque cada vez tengo más conexiones en África con los entrenadores y soy capaz de tener acceso a ellos. En Europa los vídeos están al acceso directo, en streaming y en plataformas desde el primer momento. Aquí eso todavía es un camino por recorrer». EFE
Carlos Mateos Gil