Nueva York, 7 sep (EFE).- Nueva York amaneció este domingo con el cielo encapotado y lluvias, pero el mal tiempo no influyó en el ánimo de los aficionados al tenis con entradas para ver la final masculina entre Jannik Sinner y Carlos Alcaraz en el Abierto de Estados Unidos, un partido al que también asistirá el presidente de EE.UU., Donald Trump.
Daniela y Patricia, dos turistas brasileñas, cuentan a EFE que no dudaron en comprarse chubasqueros por 5 dólares, tan pronto pisaron el Centro Nacional de Tenis de Queens, Nueva York, la sede de uno de los cuatro torneos Grand Slam del tenis profesional.
Por su parte, la familia De la Rosa vino con sus propios paraguas. «Nos ha sorprendido que llueva, pero bueno, la pista está cubierta, el problema es fuera del estadio, pero nada que con tequila no se quite», bromea Arturo, el cabeza de familia.
Los De la Rosa vinieron de México expresamente para ver la final y esperan que el ganador sea Alcaraz: «Es muy carismático, es una linda persona, tiene un tenis increíble», recalca a EFE Andrea, la madre.
Si ganase hoy, el tenista español le arrebataría el número uno del mundo al italiano. Ambos jugadores buscan su segundo trofeo del Abierto de Estados Unidos.
Las pocas entradas que quedan disponibles en reventa se vendían en las últimas horas a precios estratosféricos, entre 700 y 800 dólares por ver la final en la sección 325 del Estadio Arthur Ashe, que cuenta con 23.000 asientos y es el estadio de tenis más grande del mundo.
Mientras que más cerca de la pista, las entradas ascendían al menos 12.000 dólares por un asiento, según la prensa especializada.
Más seguridad y protestas anti-Trump
Se espera que asistan a la final, como es habitual, famosos de todo tipo, desde deportistas de élite a estrellas de Hollywood. Pero en esta ocasión todos los ojos estarán puestos en Trump, quien ha sido invitado por Rolex, uno de los patrocinadores del evento.
Trump también asistió en los últimos meses a otras grandes finales deportivas, como la del Super Bowl en Nueva Orleans, la final del Mundial de Clubes de la FIFA en Nueva Jersey o la de artes marciales mixtas UFC en Miami.
La visita del mandatario ha hecho que aumente la seguridad. «Se nota que hay muchos más perros policía», comentó a EFE Kelly Orihuela.
Trump, nacido en Queens, fue hace años un pilar del Abierto de Estados Unidos, pero no ha asistido desde que fue abucheado en un partido de cuartos de final en septiembre de 2015, al poco de lanzar su primera campaña presidencial.
La presencia del mandatario en este torneo ha provocado que se convoque una protesta en su contra fuera de las instalaciones por la organización Rechazar el Fascismo en Nueva York.
«Trump amenaza con enviar tropas federales y la Guardia Nacional a Nueva York, Chicago y otras ciudades lideradas por demócratas, desatando la violencia racista y supremacista blanca contra nuestras comunidades. Así es el fascismo y debe detenerse antes de que sea demasiado tarde», anota la organización en un comunicado.

