José Carlos Rodríguez

Santiago de Compostela, 27 mar (EFE).- El chileno Alejandro Zambra es de esos escritores que, quizá sin quererlo o sin saberlo, es capaz de mover masas. Ocurre como en su escritura, para la que dice no conocer un método infalible que se corresponda con él éxito, más allá del «ensayo y error», a pesar de que sus estilo, impregnado de un carácter poético y lúdico, haya conquistado a miles de lectores.

«En la escritura el método infalible es el ensayo y error. Si uno se empantana mucho en un método va mal. Quizá está la virtud del hábito, para no sentirse estancado. Pero cada libro responde a un procedimiento distinto y solo se ve en retrospectiva», ha señalado Zambra (Santiago, Chile, 1975) en un encuentro con lectores en Santiago de Compostela.
El escritor ha visitado la capital gallega con motivo del Premio San Clemente, un galardón que otorgan los alumnos del IES Rosalía de Castro y que este año, en su 28 edición, recayó en Zambra en la modalidad de novela en castellano por su obra ‘Literatura infantil’ (Anagrama, 2023); en Antón Riveiro en la modalidad de novela gallega por ‘Hotel Carioca’ (Galaxia, 2023); y en Maggie O’Farrel en novela internacional por ‘El retrato de casada’ (Libros del Asteroide, 2023).
Tras recibir el premio y después de varias charlas y encuentros con los estudiantes, Zambra ha participado en un coloquio presentado por el poeta Ismael Ramos en la librería Numax, que agotó sus entradas para el evento en menos de media hora desde que se anunció en redes sociales.
En una sala en la que se ocupó hasta la última butaca, Ramos ha presentado a un escritor que ya no necesitaba presentación y ha admitido su «nerviosismo» por tener que ser «una especie de médium» entre él y el público asistente.
Lo que en un principio debían ser preguntas y respuestas ha terminado por convertirse en una charla a modo reflexivo en la que Zambra ha expresado sus inquietudes literarias y creativas desde que publicó en 2006 ‘Bonsái’ hasta su último libro, ‘Literatura infantil’.
Zambra ha dicho moverse con cierta facilidad ente poesía y prosa y ha asegurado que siempre «se exagera la diferencia» entre estos dos «partidos», que «no es que no exista», pero que tiene que ver más con la función que ocupan a la hora de leer.
«Busco cosas diferentes cuando leo una cosa y otra. La poesía tiene un sentido más religioso, más musical», ha declarado el chileno, que ha mencionado referentes como Emily Dickinson, Enrique Lihn o César Vallejo.
«Como la literatura se enseña tan mal, uno siente que debe decir cosas obvias, como que el poema no hay que descifrarlo o entenderlo», ha expresado Zambra, que ha lamentado que desde pequeños no nos enseñen que la literatura también está «asociada al gozo» y no hace falta comprenderla, del mismo modo que ocurre con la música.
Respecto a su proceso creador, ha asegurado que no conoce la fórmula del éxito y que solo puede verse en retrospectiva: «No es que yo sepa cómo se hacía, sino que de pronto recuerdo cómo se hizo», ha expresado.
Para él autor, la escritura «fracasa muchas veces», a pesar de la impresión de que los escritores, cuando terminan sus obras, parece que se dedican a algo «muy parecido al trabajo», casi como si fueran «productores de libros», algo con lo que no está de acuerdo.
«Trabajamos o escribimos todo el tiempo pero a veces el resultado es un deseo frustrado y otras veces se convierte en un libro», ha concluido.