
El ministro socialdemócrata reiteró que no está «satisfecho» con el acuerdo y que hubiera deseado otro resultado, pero resaltó que por otro lado es positivo que se haya podido evitar una escalada ulterior. Todavía hay muchos aspectos que se deben negociar en detalle a lo largo del mes que viene, como los aranceles al acero, señaló Klingbeil, que reconoció sin embargo que no se hace «ilusiones». El acuerdo con EE. UU. va a tener un efecto debilitador para el crecimiento, afirmó, y apuntó a que así lo demuestran ya los primeros cálculos, en una jornada en la que se publicó el dato del PIB alemán del segundo trimestre, que refleja una contracción del 0,1 %, frente a la expansión del 0,3 % en los tres meses anteriores. Klingbeil aseveró sin embargo que esta situación no hace sino subrayar la corrección del camino emprendido por el Gobierno, que apuesta por la «fortaleza propia». Entre otras medidas en este sentido, mencionó las «inversiones masivas» en infraestructura y defensa o las recientes conversaciones mantenidas con su homólogo francés para impulsar la unión de capitales a nivel europeo. Alemania y Europa pueden además volverse más fuertes cerrando alianzas con socios a nivel global, más allá de EE. UU., dijo. «Podemos hablar mucho sobre los resultados del acuerdo o podemos concentrarnos en volvernos más fuertes», planteó Klingbeil.










