Alberto Ferreras
Zamora, 14 jun (EFE).- El valor artístico de los murales de Delhy Tejero (Toro, Zamora, 1904-Madrid, 1968) de la antigua tabacalera de Sevilla permitió salvarlos de la reforma proyectada para convertir la fábrica en un hotel de lujo, pero de esos frisos que se restauran actualmente faltan unos vidrios que formaban parte del conjunto artístico.
«¿Qué ha pasado con ellos?», se pregunta de forma retórica en declaraciones a EFE el periodista e investigador de esos murales Carlos Funcia, mientras que la historiadora de arte y biógrafa de Delhy Tejero, África Cabanillas, alude directamente a que esas mamparas han desaparecido y nadie quiere dar explicaciones sobre su destino.
La obra mural por encargo de la tabacalera del año 1965 fue uno de los últimos grandes trabajos de esa artista de las vanguardias y la edad de plata, que además de la pintura cultivó la ilustración, el dibujo o la escritura y es una de las figuras silenciadas de las mujeres artistas del siglo XX.
Funcia no ha dudado en calificar de «mutilación» de los murales el extravío de esos vidrios.
Se trata de una mampara hecha en cristal esmerilado y decorada con pequeñas flores de tabaco grabadas, de apenas 1,4 por 1 centímetro, que se extienden de forma regular por todos los vidrios, tal y como figura también en los bocetos de esa obra que aún conserva la familia de la artista zamorana.
Funcia ha investigado la confección de esas mamparas junto a África Cabanillas y ambos han llamado a las puertas de los nuevos propietarios de la antigua fábrica de tabacos y del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), al que se ha encargado la restauración de los murales, sin obtener respuestas sobre el paradero de los vidrios.
El IAPH, que esta semana ha anunciado que ya ha completado el 70 % del trabajo de restauración de esos quince frisos que suman cuarenta metros de largo por uno de ancho, se ha limitado a indicar que la mampara no forma parte del convenio suscrito para la restauración, según precisa Funcia.
El descubrimiento de esas mamparas como parte del conjunto mural fue difundido por África Cabanillas a través de la revista de la Asociación de Mujeres en las Artes Visuales en 2021 y dos años después, sin aviso previo, se desmontaron los frisos de la antigua tabacalera para su restauración.
Desde entonces, Cabanillas se ha interesado de forma insistente por el paradero de las mamparas y «el secretismo es total», lamenta en declaraciones a EFE, y habla por ello de que están «en paradero desconocido», sin descartar incluso que se hayan roto.
Todas las respuestas al enigma de los vidrios las tiene el fondo de inversión KKH, que es el nuevo dueño de la antigua tabacalera y el promotor del proyecto hotelero.
Sin embargo, ni ha ofrecido aclaraciones a la biógrafa ni al investigador de esa obra mural, ni ha detallado el futuro de los quince murales una vez restaurados, ni la ubicación que se les dará dentro de la fábrica de tabacos reconvertida en hotel.
Cabanillas resalta la «importancia enorme» que tuvo Delhy Tejero como artista de las vanguardias, pese a lo cual su obra «durante muchos años ha sido medio olvidada, como la de tantas otras mujeres artistas de su generación».
Sin embargo, actualmente se aprecia un redescubrimiento de la zamorana en los ámbitos artísticos y culturales y un ejemplo de ello al que alude esta experta es la decena de obras suyas incluidas en la exposición permanente del Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía de Madrid o la adquisición de unas ilustraciones por parte del Museo Nacional de Artes Decorativas.
El conjunto mural de la tabacalera de Sevilla, con alusiones a la unión entre América y España a través de ese cultivo, fue uno de los últimos murales de Delhy Tejero antes de morir junto al realizado para el Colegio Nuestra Señora de los Ángeles de Madrid.
Artista de las vanguardias con influencias del art decó, el surrealismo y la abstracción, Delhy Tejero participó activamente en la renovación artística del Madrid de los años treinta y, tras su marcha de España durante la Guerra Civil, regresó para continuar una obra de la que hay muestras especialmente en Madrid, Castilla y León y Andalucía y que continuó hasta prácticamente el mismo día de su muerte, el 10 de octubre de 1968.
