Torrelavega (Cantabria), 23 abr (EFE).- Un nuevo estudio ha confirmado que algunas figuras que se encuentran en el techo de los polícromos de la cueva de Altamira se pintaron hace más de 30.000 años, en el periodo Gravetiense o antes.
Esa investigación añade, además, que las pinturas figurativas y las simbólicas convivían en el arte de la Península Ibérica desde las primeras etapas del Paleolítico Superior.
Las nuevas técnicas usadas en este estudio, con nuevas muestras de las famosas pinturas de Altamira datadas por series de uranio-torio, indican que las figuras de ese techo Patrimonio de la Humanidad habrían sido pintadas a lo largo de miles de años.
Esos polícromos, según han precisado a EFE fuentes del museo, datarían de hace 17.000 años, mientras que las figuras ahora analizadas tendrían más de 30.000.
También demuestran esas pinturas, con sus figuras y símbolos, que se puede dar por superado el debate sobre si fueron las representaciones no figurativas lo que primero se representó, ya que se confirma que figuras y símbolos convivieron desde las primeras etapa
Este estudio, publicado en la revista Journal of Archaeological Science, es el resultado del proyecto internacional First Art.
Ese proyecto lo ha llevado a cabo un equipo multidisciplinar integrado por personal del Museo de Altamira y de diversos expertos de Extremadura, Madrid, China, Australia, Portugal, Reino Unido y Alemania.
En su elaboración se ha hecho una nueva datación por serie de uranio-torio de costras calcíticas que recubren las pinturas del techo de los polícromos de la cueva de Altamira.
Según informan a EFE fuentes de este museo nacional, los resultados permiten avanzar en el conocimiento de las primeras etapas de desarrollo del arte rupestre de esta cavidad, además de validar dataciones ya realizadas por este método también en Altamira años atrás.
El trabajo se inició en 2018 con la recogida de esas costras carbonatadas que están superpuestas a elementos gráficos representados en varios puntos de Altamira, que al ser datadas por series de uranio indicaron que algunas figuras pintadas en rojo podía ser del periodo Auriñaciense (que abarca del 43.000 hasta hace 35.000 años) y no del Magdaleniense (15.000-9.500 años) como señalaron dataciones anteriores por radiocarbono de pigmentos negros.
En concreto, una de las muestras arrojó una edad mínima de 32.790 con más o menos 4.830 años de variación para los signos claviformes, mientras que otras proporcionaron edades mínimas de 22.600 (con más/menos 70 años) y 32.020 (con más/menos 170 años) para los caballos pintados en rojo.
Los investigadores destacan del estudio la confirmación de que las pinturas figurativas (caballos rojos) convivieron con las simbólicas (signos claviformes) en la Península Ibérica desde las primeras etapas del Paleolítico superior, lo que “tiene implicaciones en el mundo simbólico de las personas que las crearon”.