Bangkok, 1 ago (EFE).- Los Gobiernos de Tailandia, Malasia y Camboya mostraron este viernes su alivio por la rebaja al 19 % de los aranceles que planea aplicarles Estados Unidos, mientras que otros países como Birmania y Laos se mantienen con una tasa del 40 %, en los niveles más altos.
La Casa Blanca publicó hoy su lista actualizada de aranceles que, tras un nuevo retraso, comenzarán a aplicarse el 7 de agosto, en lugar de desde este viernes como estaba previsto.
Un portavoz del Gobierno tailandés calificó la rebaja como un «éxito» que le permite preservar «la estabilidad económica a largo plazo»; mientras el primer ministro camboyano, Hun Manet, afirmó que esta reducción posibilita «continuar con el desarrollo» del país.
El presidente estadounidense, Donald Trump, usó el pasado fin de semana la negociación de aranceles con Bangkok y Nom Pen para presionar a ambos gobiernos hacia un alto el fuego, sellado este lunes, que calmara el conflicto armado desatado en la frontera el 24 de julio y tras cinco días de enfrentamientos.
La primera economía del mundo, a donde van a parar gran parte de los productos fabricados en Tailandia y Camboya, quería imponer un 36 % de aranceles a ambos países, si bien en abril llegó a amenazar a Nom Pen con el 49 % -solo superado entonces por Lesoto, con un 50 %-.
Por su parte, Kuala Lumpur dijo en un comunicado que la rebaja de aranceles, desde el 25 % previo, «refleja los fuertes y duraderos lazos económicos» con EE.UU. y es «un testimonio de la credibilidad de Malasia como socio comercial y de inversión».
Hasta el momento se desconocen más detalles sobre las razones o pactos detrás de estas reducciones.
«Los países en desarrollo, en especial del Sudeste Asiático, que aspiran a adoptar modelos de desarrollo basados en la exportación se verán especialmente afectados» por el incremento de gravámenes, declaró a EFE Stephen Olson, experto en comercio internacional del Instituto de Estudios del Sudeste Asiático (ISEAS) Yusof Ishak.
Acuerdos Previos
Los países del Sudeste Asiático, una región muy enfocada en la exportación y con Estados Unidos como destino clave para sus productos, se vieron amenazados desde abril por los altos aranceles anunciados por Trump a la región, que también mantiene a China como un importante socio comercial.
No todos los países de la región apuraron la negociación. Vietnam, el más raudo, Indonesia y Filipinas ya lograron pactos con Estados Unidos a lo largo de julio.
Vietnam, conocido como «la fábrica de China» por la deslocalización de empresas del gigante asiático, suscribió el suyo el 2 de julio y sus tasas quedaron recortadas del 46 % previsto en abril al 20 % actual.
Sin embargo, Trump impuso una cláusula que duplica la tarifa para bienes enviados por Hanói que procedan en realidad de China, una medida similar a la que recoge el acuerdo con Indonesia, la mayor economía del Sudeste Asiático y la segunda de la región en pactar una rebaja con la Casa Blanca.
Yakarta, que llegó a estar amenazada con una tasa del 32 %, pactó el 15 de julio que Washington rebajara los aranceles al 19 %, misma cifra que el 23 de junio logró Manila, dos puntos por encima de los previstos en abril, pero uno por debajo del arancel comunicado a Filipinas a principios de mes.
Fuera del pacto
Sin embargo, otros países del Sudeste Asiático no han podido alcanzar la ansiada rebaja.
Conforme a la última lista, Estados Unidos mantiene en el 40 % los aranceles para Laos y Birmania -sólo superados por Siria, con un 41 %- y del 25 % para Brunéi, los mismos que ya había anunciado en julio mediante cartas a sus gobiernos.
Singapur, fuera de las negociaciones al encontrarse en el arancel base, se ve afectado por el 10 % establecido por EE.UU. como tasa mínima aplicada a todos los países.
«No den por sentado que este es el final de la historia. Trump lo considera un ‘reality show’ en curso. Es casi seguro que se producirán más acuerdos o nuevos aumentos arancelarios», advierte a EFE el experto del Yusof Ishak.