Analía Plaza: «Jamás oirás a un ‘boomer’ decir que ha sido un privilegiado»

Imagen de archivo de Matura Club, una comunidad de 'baby boomers'. /Archivo. EFE/ Nahia Peciña

Madrid, 20 sep (EFE).- Entre 1957 y 1977 nacieron más de 14 millones de niños en España: son los conocidos como ‘baby boomers’, un grupo que la periodista Analía Plaza (Madrid, 1989) disecciona en su ensayo ‘La vida cañón: La historia de España a través de los boomers’ y que, según la autora, nunca admitirá haber contado con ciertos privilegios, pese a que pueda llegar a ser la primera generación que vive mejor que sus hijos.

«Jamás oirás a un ‘boomer’ decir que ha sido un privilegiado», explica Plaza en una entrevista con EFE, en la que desmenuza el estereotipo de ‘baby boomer’ español, esa persona que, concreta, se compró un piso «por dos almendras» antes de que explotara la burbuja inmobiliaria y luego lo vendió por el triple o cobra rentas del alquiler.

Es ese recién jubilado o empleado a punto de jubilarse, que nunca ha cambiado de empresa, que no sabe usar el Excel pero cobra el triple que su compañero ‘millennial’ -los nacidos entre 1981 y 1996-, que ahora que tiene a los hijos colocados aprovecha para hacer viajes y cenas con sus amigos, y que sobre todo piensa que se ha sacrificado mucho para llegar donde está y que a lo mejor sus hijos no se están esforzando tanto, reseña la periodista en su libro.

«Me acusan de culpar a los ‘boomers’ de la situación que tenemos los ‘millennials’, pero en absoluto es la intención del libro. Me centro en contar sus vidas, las condiciones que les han permitido desarrollarlas como lo han hecho y las consecuencias que eso ha tenido, pero no digo que hayan sido culpa suya», asegura Plaza, quien ha visto como en redes sociales se le echa en cara que trate de enfrentar generaciones.

La autora ha reconocido la existencia de un «rencor generacional», aunque asegura que este circula en las dos direcciones.

«El ‘millennial’ creció con sus padres inculcándole que si se esforzaba, como estábamos ya en una sociedad meritocrática, viviría igual de bien que ellos o más. A su vez, los ‘boomers’ se esforzaron y destinaron recursos para que sus hijos fueran a la universidad o aprendieran inglés», explica Plaza.

El problema, recalca, aparece cuando esa teoría no se traduce en una trayectoria vital de los hijos similar o mejor que la de los padres.

«No hemos seguido la senda de la estabilidad que ellos siguieron porque la crisis del 2008 rompe eso. Ahora el ‘boomer’ ve que su hijo no ha seguido ese camino y que, como no tiene grandes expectativas de comprarse una casa y encima existe el turismo ‘low cost’, se va de viaje o paga una suscripción a Netflix. Y claro, se cabrea», apostilla.

En este sentido, Plaza resalta que existe una brecha económica «innegable» entre ambas generaciones. Su investigación evidencia que quienes hoy en día tienen entre 65 y 75 años son los más ricos de España, seguidos de cerca por los mayores de 55.

Esto sucede, explica la autora, porque son, en su mayoría, propietarios de sus viviendas, las cuales se han revalorizado muchísimo con el tiempo, y cobran además pensiones que se actualizan anualmente con la inflación, a diferencia de la mayoría de los sueldos.

No obstante, la periodista dedica un capítulo exclusivamente a las mujeres ‘boomers’, especialmente a las divorciadas, pues reconoce que ellas tuvieron que enfrentarse a una desigualdad económica «brutal» al encargarse tradicionalmente de los hijos y la casa, habitualmente poniendo en pausa sus carreras laborales, algo que lastró su independencia económica y les comportará peores pensiones.

Plaza defiende que el problema y la incomprensión entre generaciones también radican en una «falta de expectativas cumplidas».

«Nos prepararon para un mundo que se rompió. Los ‘millennials’ teníamos otras expectativas vitales, entre ellas poder comprarnos una casa», lamenta.

De ahí viene, en parte, el rencor, analiza Plaza, quien lamenta que los ‘boomers’ acusen a sus hijos de no esforzarse. «¿Cómo me vas a decir que no me estoy esforzando cuando la mayoría de mi sueldo se lo lleva la vivienda y vivo ansiada por si el casero me echa del piso?», esgrime.

«Ellos tienen el concepto de que se han esforzado mucho, de que han corrido delante de los grises, mientras que hay ‘millennials’ bien jodidos que se consideran privilegiados por tener trabajo o porque el casero solo les suba 30 euros el alquiler», reflexiona.

En ‘La vida Cañón’ Plaza evoca una fotografía antigua de sus padres, pero que podría ser la de cualquier pareja ‘boomer’ porque se repite en muchas casas: ambos son muy jóvenes y posan, ella embarazada de la propia Analía, delante de un coche que se acaban de comprar y de la que será su futura casa en propiedad, todavía en construcción.

«Esas fotos en nuestra generación las estamos viendo, en todo caso, con 35 o 36 años. La foto existirá, pero estaremos un poco más cascados», atestigua.