Lisboa, 18 may (EFE).- André Ventura, líder del partido de ultraderechista portugués Chega, es el gran triunfador de las elecciones legislativas de este domingo en Portugal, en las que no solo mejoró su resultado respecto al año pasado, sino que igualó en escaños al Partido Socialista (PS).
La última semana electoral, marcada por sus problemas de salud que causaron que fuera hospitalizado en dos ocasiones, no pasaron factura al líder ultra, que logró el 22,56 % de los votos, por detrás del PS con 23,38 %, y 58 diputados, los mismos que los socialistas.
Estos resultados no son definitivos porque todavía faltan cuatro escaños por adjudicar correspondientes al voto en el extranjero que se conocerán después del 28 de mayo y que en 2024 dio dos diputados a Chega.
Ventura llegaba a estas elecciones con el reto de demostrar que su receta de extrema derecha no era un episodio pasajero en Portugal: En los comicios legislativos del año pasado, ya alcanzó al frente de Chega algo inédito en medio siglo de democracia en Portugal, 50 diputados (de los 230 que hay) en el Parlamento.
Ventura es un hombre de mil oficios, pasó por el seminario, fue escritor de ‘best sellers’ y se hizo conocido como comentarista deportivo.
Su carrera en política inició en 2017 como cabeza de lista local del conservador Partido Social Demócrata (PSD) en Loures, en la periferia de Lisboa, donde encontró lo que se convertiría en la piedra angular de su estrategia: un discurso xenófobo y provocador contra la comunidad gitana.
El periodista y escritor Vítor Matos, autor del libro ‘Na cabeça de Ventura’, apuntó en una entrevista telefónica con EFE antes de los comicios que Ventura logró seducir a un sector de los abstencionistas, votantes que “estaban cansados y hartos del sistema” y que lo vieron como la figura que se atreve a decir lo que otros no dicen.
Matos, que define a Ventura como “oportunista”, señala tres fases en la carrera profesional que lo han llevado a liderar la extrema derecha en Portugal: éxito, fama y poder.
El éxito trató de buscarlo en el seminario y la universidad, de la que se graduó como abogado e incluso ejerció como profesor; la fama le llegó cuando empezó como comentarista político en la televisión, antes de pasar -no sin reticencia porque lo consideraba perjudicial para él- a comentar los partidos del Benfica.
Pero ninguno le sirvió y buscó el poder, que acabó encontrando en la política. No solo en el Parlamento portugués, sino que estuvo interesado en presentarse a las elecciones presidenciales de enero de 2026, algo que finalmente no ha hecho por la convocatoria de legislativas anticipadas.
Su salto a la nacional comenzó cuando, por primera vez, utilizó una técnica habitual en otros líderes de extrema derecha: relacionar la inseguridad con los inmigrantes o comunidades gitanas, sin mostrar nunca las cifras que respaldan estas afirmaciones.
En algunos sentidos, Ventura es un alumno ejemplar de la ultraderecha mundial, con campañas personalistas que acompañan a un partido creado a su imagen y semejanza, así como un intenso uso de redes sociales para propagar desinformación y ‘fake news’.
En un país como Portugal, donde los políticos e instituciones hacen un uso muy limitado de sus cuentas en redes sociales, Ventura tiene vía libre en estos espacios. De hecho, señaló Matos, tiene más seguidores “que todos los demás juntos”.
Pero también tiene sus particularidades. “Él es más moderado que otros líderes europeos” de ultraderecha, dijo Matos, quien recalcó que “aunque en la forma es muy exuberante, en el contenido no va tan lejos, entre otras cosas, porque no hay suficientes votantes en Portugal para ir tan lejos”.