Anodina tarde de silencios en la tercera de la Feria de Otoño de Madrid

El diestro Jarocho da un pase con la muleta al segundo de los de su lote, durante la corrida de la Feria de Otoño celebrada este sábado en la plaza de toros de Las Ventas, en Madrid. EFE/Borja Sánchez-Trillo

Julio César Sánchez

Madrid, 4 oct (EFE).- La decepcionante corrida de los toros de Domingo Hernández apuntó cierta clase pero le faltó empuje y raza. Ante ella Talavante anduvo desdibujado, Pablo Aguado lo intentó sin opciones y el confirmante Jarocho, muy clásico y sin aspaviento alguno, se enfrentó a un imposible.

En San Isidro no pudo ser -o no quisieron que fuera – pero en la Feria de Otoño, Jarocho, novillero que salió por la puerta grande de Madrid por cortar dos orejas a un mismo novillo la temporada anterior, pudo confirmar alternativa. Y en un cartel de postín, aunque el resultado final fuera cercano al tostón.

No pudo ser en el de la ceremonia, que quiso más que pudo. Con él Jarocho anduvo sereno y tan solo pudiendo apuntar su concepto clásico, echándose el toro con dos pinchazos. Y tampoco en el sexto, sin humillar y sin apenas pasar. De nuevo la disposición de Jarocho quedó manifiesta, mas lo que no puede ser no puede ser.

El segundo bis (el titular fue devuelto con celeridad por blando), también de Domingo Hernández, tuvo calidad pero el fuelle muy medido, y el poco que tenía, lo agotó Talavante en un exigente comienzo por bajo cerrado en tablas. El extremeño no se dio coba y lo apioló a la segunda.

El cuarto apretó en el peto de Miguel Ángel Muñoz y, más tarde, se dejó mucho por el pitón izquierdo, lado por el que Talavante hilvanó lo más limpio de su trasteo, aunque en una labor carente de alma.

El mansurrón tercero dejó a Pablo Aguado plasmar dos verónicas estimables y algunas fases de toreo ligado algo periférico en el último tercio, con un trincherazo que supuso el culmen de un trasteo pulcro que alcanzó el mérito de evitar el molesto punteo del rebrincado ejemplar. Luego, con la espada, Aguado no lo vio claro.

En el quinto, un toro molesto, a la defensiva y falto de recorrido, lo más reseñable lo protagonizó Iván García con una magnífica lidia, ya que su matador, Pablo Aguado, nada pudo hacer.

FICHA: Plaza de toros de Las Ventas de Madrid. Corrida de toros. Tercer festejo de la Feria de Otoño. 22.462 espectadores.

Se lidiaron seis toros de Domingo Hernández, bien presentados. Primero desfondado, pitado en el arrastre. Segundo bis falto de fuerza, pitado en el arrastre. Tercero rebrincado. Cuarto noble con un buen pitón izquierdo. Quinto reservón y sin entrega, pitado en el arrastre. Sexto sin clase alguna.

Talavante (de nazareno y oro): pinchazo y casi entera atravesada y dos descabellos (silencio); pinchazo y entera desprendida (silencio).

Pablo Aguado (de malva y oro): tres pinchazos y media arriba (silencio tras aviso); más de media desprendida (silencio).

Jarocho, que confirmaba alternativa (de corinto y oro): dos pinchazos (silencio); dos pinchazos (silencio).

Jarocho confirmó alternativa con el toro Jienense, de Domingo Hernández, número 142, de 540 kilos de peso.