Santiago de Compostela, 24 mar (EFE).- La poesía y la danza se fusionan a través de la palabra y los cuerpos del veterano poeta Antón Reixa y la bailarina y coreógrafa Kirenia M. Acosta en el espectáculo ‘Cicatriz’, una propuesta interdisciplinar e inclusiva que ahonda en el edadismo, la vulnerabilidad y el deseo “como motor vital”.
La pieza, una coproducción de Kirenia Danza y Artestudio en colaboración con el Centro Coreográfico Galego, supone el debut de Antón Reixa en el mundo de la danza contemporánea y parte del poema ‘Cicatriz’, compuesto por trescientos versos que parten de la palabra ‘quiero’, que ahonda sobre la necesidad del deseo como impulso de la vida.
Reixa, con 67 años y un 65 % de discapacidad, desafía los prejuicios sobre el cuerpo en escena en un espectáculo que destaca por ser la primera coproducción de danza inclusiva del Centro Coreográfico Galego, que tendrá lugar los días 28 y 29 de marzo en la Sala Coppini de la SGAE en Santiago de Compostela.
Allí mismo sus protagonistas han reflexionado sobre la propuesta, acompañados por el director de la Axencia Galega das Industrias CUlturais (Agadic), Jacobo Sutil.
“Este es un proyecto de riesgo. Yo tengo aquí dos carnés. Uno pone que tengo un 65 % de discapacidad, las secuelas de un accidente de tráfico que tuve en 2016. En el otro, mi carné de identidad pone que nací en abril de 1957, por lo tanto tengo 67 años y voy para los 68. Ni mi edad ni mi discapacidad parecen las mejores premisas para realizar un espectáculo con todo el rigor con una compañía como la de Kirenia”, ha expresado Reixa.
Sin embargo, a lo largo de cuatro meses, el veterano poeta se ha puesto en las manos de Kirenia para conformar una pieza que convida a transitar “por las marcas indelebles del cuerpo, la palabra y el tiempo”, un proceso que ha supuesto “un gran aprendizaje” para Reixa.
“He aprendido que la danza contemporánea tiene que ver mucho con el teatro, pero también he aprendido muchas cosas sobre mi propia literatura y sobre mi propio cuerpo”, ha comentado.
Según ha explicado, ha sido un viaje “terapéutico” que le ha dejado físicamente “muchísimo mejor”; y ha destacado la importancia de romper con los “límites” físicos que a veces impone de la edad, ya que la danza es sobre todo “emoción”.
En cuanto al texto, ha señalado su “convicción” de que el deseo es “imprescindible” y que la vida de las personas “tiene siempre que ver con el deseo”, porque cuando no se quiere algo, las personas están “totalmente quebradas”.
Por su parte, Kirenia M. Acosta ha reflexionado sobre la vulnerabilidad, el trabajo de “los cuidados” o el edadismo, caminos que le interesan en su búsqueda artística como coreógrafa.
Aunque ya había trabajado con textos de Reixa en su pieza ‘Afectos’, ha explicado que tuvo el “atrevimiento” de contactar de nuevo con él y, al principio, “engañarlo” para conformar un proyecto “complejo, con riesgo”, en el que Reixa “no iba a estar sentado en una silla, sino que iba a bailar”.
Para Kirenia lo más complejo ha sido trabajar “con el mismo rigor coreográfico con una persona con una discapacidad física”, sin que ello implicara “lástima” y teniendo siempre en cuenta que los movimientos tenían que tener “dignidad”.
El espectáculo -en gallego, castellano e inglés- girará internacionalmente por Alemania y Portugal y tras su estreno en Santiago se prevé que se represente en otros lugares de Galicia.