Antonia San Juan da un repaso femenino a los mitos griegos en ‘Échale la culpa a Pandora’

Con el humor que la define, Antonia San Juan se sube a las tablas del Teatro Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria este jueves y viernes con el espectáculo 'Échale las culpas a Pandora', para narrar desde una nueva perspectiva las historias de seis mujeres de la mitología griega, tradicionalmente retratadas como figuras pasivas. EFE/Quique Curbelo

Las Palmas de Gran Canaria, 24 abr (EFE).- La actriz Antonia San Juan se sube a las tablas del Teatro Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria este jueves y viernes para narrar desde una nueva perspectiva las historias de seis mujeres de la mitología griega, tradicionalmente retratadas como figuras pasivas.

La actriz Antonia San Juan (2i) presenta 'Échale las culpas a Pandora', el espectáculo que se estrenará este fin de semana en el Teatro Pérez Galdós, acompañada por el creador del texto, la música y las letras, Enrique Fernández-Villamil Menéndez (i); el director Daniel Rodríguez (d); la cantante Ada Rapisarda y el director general de la Fundación Auditorio y Teatro de Las Palmas de Gran Canaria, Tilman Kuttenkeuler (2d). Teatro Pérez Galdós. Foto EFE/Quique Curbelo

La obra ‘Échale la culpa a Pandora’, con texto, música y letras de Enrique Fernández-Villamil Menéndez y dirección de Daniel Rodríguez, trata de responder a una pregunta: ¿cómo se sienten las mujeres en relación con todo lo que hacen los hombres, que siempre son los protagonistas, los héroes, mientras ellas siempre tienen un papel pasivo y representan estereotipos?

Con el humor que la define, Antonia San Juan (c) se sube a las tablas del Teatro Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria este jueves y viernes con el espectáculo 'Échale las culpas a Pandora', para narrar desde una nueva perspectiva las historias de seis mujeres de la mitología griega, tradicionalmente retratadas como figuras pasivas. En la imagen, la actriz junto al creador del texto, la música y las letras del espectáculo, Enrique Fernández-Villamil Menéndez (i) y la cantante Ada Rapisarda (d). EFE/Quique Curbelo

Interpretando el papel de Casandra, hija de los reyes de Troya, a quien el dios Apolo entregó el don de la clarividencia para más tarde maldecirla con que no solo no podría callar sus predicciones, sino que tampoco nadie la creería, San Juan desgrana, a través de seis monólogos, el trato que ha recibido la figura femenina en los relatos de la antigua Grecia y la historia de la humanidad, entremezclando el humor y la denuncia con un lenguaje adaptado incluso a la generación Z.

A su vez, seis canciones interpretadas por la cantante Ada Rapisarda y un cuarteto de cuerda recrean cómo pudieron sentirse seis de esas mujeres mitológicas —concretamente, Pandora, Perséfone, Eurídice, Penélope, Ariadna y Helena—, seleccionadas por Fernández-Villamil por ser las más reconocibles para el gran público.

“Pandora es la primera mujer y es ingenua, pero también la culpable de todo; Perséfone es la eterna hija que tiene una madre dominadora, Eurídice es también un papel pasivo, una mujer callada que aguanta todo; Penélope es la mujer paciente y la buena esposa, Ariadna es la mujer engañada y Elena es la mujer que es tan guapa tan guapa que es tonta”, ha detallado.

“La verdad”, ha declarado San Juan a la prensa este jueves, “que todas salen bastante mal paradas en la mitología; es decir, la que no es tonta es paciente, mientras el marido está por ahí poniéndole los cuernos con todas. Incluso que la obra se llame ‘Échale la culpa a Pandora’, se le echa la culpa a una mujer”.

A través de las canciones, Rapisarda ha trabajado en ponerse en la piel de estas seis diosas, ninfas y princesas, no solo cantando, sino también transmitiendo con el cuerpo sus emociones. Y lo hace en inglés —con subtítulos—, porque la obra surgió mientras trabajaban en un disco, concretamente en una canción para la que se les ocurrió tomar un mito griego y darle una vuelta.

Antonia San Juan ha reconocido que es un montaje “muy complicado”, con “monólogos difíciles”, pero que la clave ha sido comprender el texto y, especialmente, la relación entre los dioses, que son “hermanos, padres, toda una promiscuidad”, para lograr que “una cosa densa” que el público quizá no aguantaría se convierta en un chisme, “ese rollo de vecinona”, capaz de mantener la atención.