Aonishiki, el ucraniano que triunfa en el sumo japonés tras huir de la guerra

El luchador de sumo ucraniano Aonishi, durante la conferencia de prensa que dio en el Club de Corresponsales Extranjeros de Japón en Tokio, EFE/EPA/FRANCK ROBICHON

Tokio, 9 oct (EFE).- El ucraniano Danylo Yavhusishyn llegó a Japón en 2022 huyendo de la invasión rusa en su país, y desde entonces y bajo el nombre de Aonishiki se ha convertido en una de las jóvenes promesas del sumo tras alcanzar el cuarto mayor rango del deporte nacional nipón, aunque su ambición es llegar mucho más lejos.

Con apenas 21 años, Yavhusishyn es ya el luchador que más rápido ha avanzado en la jerarquía del sumo japonés. Pero para lograr su fulgurante ascenso, explicó este jueves en una rueda de prensa, el ucraniano tuvo primero que escapar a la guerra y hacer frente a toda una serie de barreras para hacerse aceptar en el deporte.

Desplazado por la guerra

El luchador de sumo ucraniano Aonishiki posa para fotografías antes de una conferencia de prensa en el Club de Corresponsales Extranjeros de Japón en Tokio, EFE/EPA/FRANCK ROBICHON

Yavhusishyn se preparaba para empezar la universidad cuando Rusia lanzó su invasión de Ucrania en 2022, un conflicto que continúa tres años después, y buscó refugio junto con su familia en Alemania.

Allí continúan sus padres, dijo Yavhusishyn, apoyando su carrera deportiva desde la distancia. Y es que, pese a sus dificultades iniciales para encontrar un hueco en el deporte nacional japonés, la pasión del ucraniano por el sumo viene de lejos.

El luchador comenzó a entrenar con tan solo seis años, después de ver a sus compañeros practicarlo en clase de judo. Con tan solo 17 años se hizo con tres medallas de oro en los campeonatos nacionales de Ucrania, y en 2019 acabó tercero en el Campeonato Mundial de Sumo.

Fue en esta competición en suelo nipón donde conoció al entrenador del club de sumo de la Universidad de Kansai, Arata Yamanaka. Un encuentro clave, explicó Yavhusishyn, ya que fue el propio Arata quien le ayudó a encontrar refugio en Japón tras el comienzo de la invasión rusa de Ucrania.

«Aprender el idioma fue lo más complicado cuando vine a Japón (…) llegué sin saber nada», admitió el luchador, en perfecto japonés.

La barrera del lenguaje y su falta de vínculos con el país hicieron que le costara convencer a un ‘establo’, el lugar donde viven y entrenan los luchadores de sumo, generalmente dirigido por profesionales retirados. Un obstáculo que superó sin ir a clases, a fuerza de entrenar todos los días con gente que solo hablaba japonés.

Aonishiki Arata, el nombre por el que se conoce al ucraniano en Japón, es de hecho un homenaje al entrenador japonés y a su otro padrino en el deporte: Aminishiki, el fundador del ‘establo’ que accedió a entrenarle.

Una figura en alza en el deporte

El luchador de sumo ucraniano Aonishi, durante la conferencia de prensa que dio en el Club de Corresponsales Extranjeros de Japón en Tokio, EFE/EPA/FRANCK ROBICHON

El ucraniano comenzó a competir en el sumo japonés en septiembre de 2023 y, desde entonces, ha avanzado rápidamente, hasta lograr el pasado septiembre y tras solo 12 torneos el rango de ‘komusubi’, el cuarto más alto del deporte nacional japonés. En total, acumula 104 victorias y 28 derrotas.

Le gustaría volver a Ucrania, donde no ha estado desde que comenzó la guerra, para visitar a sus amigos y comer en los restaurantes de su infancia.

Pero, centrado en su carrera deportiva, Yavhusishyn no piensa quedarse de brazos cruzados: su próximo objetivo es llegar en enero al rango de ‘ozeki’, el segundo más alto, para el que existen estrictos criterios de promoción. Y finalmente, coronarse como ‘yokozuna’, el pináculo del sumo.

«Me gusta Wakanohana III (Masaru Wakanohana), además tenemos el mismo tipo de cuerpo, y él llegó a ‘yokozuna’. Ahora estoy viendo sus vídeos y aprendo de ellos para aplicar lo bueno que tenía», explicó el ucraniano, de 140 kilos de peso y 1,82 metros de estatura.

Cambio de nacionalidad

El luchador de sumo ucraniano Aonishiki posa para fotografías antes de una conferencia de prensa en el Club de Corresponsales Extranjeros de Japón en Tokio, EFE/EPA/FRANCK ROBICHON

El luchador deberá obtener la nacionalidad japonesa si quiere dirigir su propio establo de sumo, como ambiciona. «Es algo más a futuro, pero si puedo ser ‘oyakata’ (el director de un establo), me gustaría», aseguró Yavhusishyn.

A pesar de las dificultades, el ucraniano no duda del camino que ha tomado, y su único objetivo ahora es entrenar para ser cada vez más fuerte.

«Creo que no tengo un rival en particular, mi rival soy yo mismo. Si no me gano a mí, no podré ganar al resto», aseguró el joven.

Jorge Dastis