Apagones, promesas, averías y hastío: doce meses de crisis energética total en Cuba

Foto de archivo de un trabajador realiza labores de reparación en un poste eléctrico en Pinar del Rio, a más de 150 km de La Habana (Cuba). EFE/ Ernesto Mastrascusa

La Habana, 23 ago (EFE).- Cuba suma doce meses de crisis energética total, con cortes eléctricos de 20 horas de media, cuatro apagones nacionales, innumerables averías, una economía paralizada y un creciente hastío social. Además, dicen los expertos, es difícil ver luz al final del túnel.

Los apagones se han convertido en el primer problema de los cubanos, que no pueden conservar alimentos en sus refrigeradores, hacer trámites bancarios y burocráticos, cargar motos y celulares, y deben además levantarse de madrugada -porque es cuando puede volver por unas horas la corriente- para cocinar, planchar y cargar los tanques de agua.

Las afectaciones son de entre cuatro y diez horas al día en La Habana, pero en el resto del país superan con facilidad las 20 horas diarias, impidiendo cualquier viso de normalidad en hogares, oficinas y fábricas desde hace meses.

 Las cifras

La estatal Unión Eléctrica (UNE), perteneciente al Ministerio de Energía y Minas (Minem), aseguró que en mayo la duración media de cortes eléctricos en el país alcanzó las 18 horas. Y que en alguna localidad los apagones han llegado a prolongarse por 38 horas consecutivas.

El 12 de febrero tuvo lugar la jornada con una mayor afectación puntual, cuando en el momento de máxima demanda -en Cuba es por la tarde-noche- hasta un 57 % del país tuvo que quedar a la vez a oscuras por la incapacidad del Sistema Energético Nacional (SEN) de producir más electricidad.

En estos doce meses se han registrado además cuatro apagones nacionales, de los que el país ha tardado días en recuperarse de forma general. En una ocasión estuvo ligado a factores externos (el paso del huracán Helene), pero otras tres se debió a elementos internos relacionados con la precariedad del SEN.

Es habitual que varias de las siete centrales termoeléctricas del país, la columna vertebral del SEN, estén a diario fuera de servicio por avería o mantenimiento. Estas infraestructuras acumulan décadas de explotación y un déficit crónico de inversiones.

Cuba llegó a tener amarradas en su costa ocho centrales flotantes (patanas) rentadas, una solución efectiva pero costosa y que no ataca el problema de fondo. Hoy solo queda una después de que la anterior partiese hace dos semanas de la bahía de La Habana por impago.

Las causas

Los apagones se deben al precario estado de las centrales termoeléctricas y a la falta de divisas para importar combustible para los centenares de motores eléctricos distribuidos por todo el país. La UNE apunta que el 66 % de los cortes se debe a esta segunda causa.

En mayo la UNE estimó que las afectaciones iban a reducirse para julio -el mes de más demanda por el calor del verano septentrional-, pero esa promesa no se materializó. En el verano de 2024, por el contrario, la situación sí fue mejor, al adelantarse a la primavera los mantenimientos y reparaciones de centrales clave.

Expertos independientes consideran que el saneamiento completo del SEN precisaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares, unas cifras fuera de las posibilidades de Cuba, que se encuentra sumida en una grave crisis económica desde hace más de cinco años.

El Gobierno cubano no asume ninguna responsabilidad por el cúmulo de decisiones internas a lo largo de décadas que han llevado a esta situación y apunta al «papel central» de las sanciones estadounidenses en la «asfixia energética» de la isla, como escribía recientemente el medio oficialista Razones de Cuba.

Los planes

La principal apuesta del Gobierno cubano para salir de esta crisis es la energía solar. Con la ayuda de China, La Habana ha puesto en marcha un programa para levantar 92 parques solares por toda la isla, con una potencia instalada total de unos 2.000 megawatios.

Hasta el momento se han abierto y sincronizado con el SEN unos 25 parques, cumpliéndose los planes gubernamentales.

Pese a las cifras, el plan -que en el mejor de los casos se completará en 2031- no será la solución total a la brecha de producción energética del país. Harían falta más paneles y, sobre todo, grandes baterías para acumular la electricidad para las horas nocturnas, apuntan los expertos.

El Minem reconoce que las termoeléctricas seguirán siendo la base del SEN, lo que augura un futuro incierto para la crisis energética de la isla, una más de las que sufren a diario los cubanos.

Foto de archivo de varias personas circulan por una calle durante un apagón, en Pinar del Rio, a más de 150 km de La Habana (Cuba). EFE/ Ernesto Mastrascusa
Fotografía de archivo de una planta flotante de generación eléctrica este lunes, en el puerto de La Habana (Cuba). EFE/ Ernesto Mastrascusa