Santiago de Chile, 29 jun (EFE).- Con más del 60 % de los votos, la comunista Jeannette Jara, exministra de Trabajo de Gabriel Boric, arrasó este domingo en las primarias progresistas y se convirtió en la candidata presidencial en las elecciones de finales de año.
Su carisma, su gestión al frente del Ministerio y la capacidad de negociación que demostró en la tramitación de leyes clave para este Gobierno, como la reforma de las pensiones, son algunos de los factores que explican su abrumador triunfo en unas primarias con un bajo nivel de participación.
«Los llamo a no soltar nuestras manos para enfrentar desde la unidad política y social más amplia posible a la ultraderecha», dijo Jara, que compareció junto a su gran rival y antigua compañera de Gobierno, la exministra de Interior Carolina Tohá.
«Soy una convencida de que las diferencias (en la izquierda) no son un problema, son una oportunidad», añadió Jara, que representa el ala más dura de la amplia coalición con la que gobierna Boric.
La exministra, de 51 años, enfrentará en la primera vuelta del 16 de noviembre a una derecha fuerte, representada por Evelyn Matthei, de Chile Vamos (derecha tradicional); José Antonio Kast, del ultraderechista Partido Republicano; y Johannes Kaiser, del también ultraderechista Partido Libertario.
La hora del PC
El triunfo de Jara es un hito para el Partido Comunista, ya que es la primera vez que un militante se convierte en el candidato presidencial de toda la izquierda.
Nacida en el seno de una familia trabajadora de la periferia santiaguina, Jara es abogada y administradora pública y entró por primera vez a un gobierno en 2016, cuando la expresidenta Michelle Bachelet la nombró subsecretaria de Previsión Social.
Cuando Boric la llamó para liderar el Ministerio de Trabajo en 2022 era casi una desconocida, pero su popularidad empezó a crecer a medida que se aprobaban leyes dependientes de su cartera, como el aumento del salario mínimo o la reducción de la jornada laboral a 40 horas.
Su gran triunfo fue la reforma de las pensiones, que fue aprobada tras varias concesiones a la oposición.
Jara es vista como una figura menos dogmática que la dirigencia comunista (se ha distanciado de su partido en cuestiones sensibles como la defensa de Cuba o Venezuela) y como una política cercana, lo que le ha valido comparaciones con Bachelet.
«Se ha presentado como una persona mucho más dialogante que el estereotipo que hay sobre los comunistas e incluso ha dicho que podría renunciar al partido y ha mostrado mucha disposición a crecer hacia el centro», indicó a EFE Claudia Heiss, de la Universidad de Chile.
Golpe para la socialdemocracia y el partido de Boric
La campaña arrancó con Tohá como favorita, pero con el paso de las semanas se fue imponiendo Jara, aunque ninguna encuesta pronosticó una victora tan contundente.
Su arrollador triunfo supone un nuevo golpe para la socialdemocracia tradicional, que gobernó el país durante dos décadas tras la dictadura y que está en declive desde hace años.
En 2021, la socialdemocracia dejó de ser la líder indiscutible del sector cuando fue superada por primera vez en la primera vuelta de las presidenciales por el Frente Amplio de Boric, una izquierda más joven y moderna.
«La centroizquierda perdió la sintonía ciudadana. No basta con apelar al pasado exitoso de los gobiernos de la Concertación (1990-2010), sino que no parece tener una respuesta a la altura de las preguntas que se hace la ciudadanía», indicó a EFE Rodrigo Pérez-Arce, de la Universidad del Desarrollo.
Las primarias también suponen un batacazo para el Frente Amplio, ya que su candidato, el diputado Gonzalo Winter, quedó en tercer lugar, (9 %), seguido del diputado Jaime Mulet, de la Federación Regionalista Verde Social (2,7 %).
«Trabajaremos lealmente para que esa candidatura le ofrezca al país el mejor proyecto posible para competir con la derecha», indicó Tohá, que al igual que los tres perdedores aceptaron los resultados y confirmaron su total apoyo a Jara.
Los retos de Jara
Mantener la unidad de la izquierda, crecer hacia el centro y construir un programa con propuestas convincentes en materia económica y de seguridad -las principales preocupaciones ciudadanas- son algunos de los desafíos que deberá enfrentar Jara.
Para Julieta Suárez-Cao, de la Universidad Católica, su mayor desafío será «tratar de controlar la agenda y el debate para evitar que la primera vuelta se convierta, tal y como buscará la derecha, en un plebiscito a favor o en contra del comunismo».
Pérez Arce, por su parte, identificó tres retos: «remar contra la baja popularidad electoral de la izquierda», «ordenar y convencer a una coalición que cruje y de la cual muchos quieren desmarcarse» y «despejar los miedos a un PC que, pese a todo, sigue en una línea dura respecto a los autoritarios latinoamericanos».
Aparte de Jara, quien también hizo un llamado a la unidad fue el presidente Boric, que en su cuenta de X pidió trabajar juntos «para convocar a la mayoría de nuestros compatriotas a seguir construyendo un país más justo, seguro y feliz».
«Lo que viene no va a ser fácil, pero Jeannette -concluyó Boric- sabe de batallas difíciles».
María M.Mur