Aplausos y críticas en Ecuador ante medida de «alto costo político»: diésel sin subsidio

Foto de archivo que muestra a un hombre poniéndole combustible a un vehículo en Quito (Ecuador). EFE/ Bienvenido Velasco

Quito, 15 sep (EFE).- La decisión del presidente de Ecuador, Daniel Noboa, de eliminar el subsidio al diésel acapara aplausos del sector productivo y la crítica de ciertos grupos sociales, mientras el ciudadano de a pie espera cauteloso que no tenga un efecto inflacionario y que el dinero que antes iba a ese rubro ahora beneficie a los más vulnerables, como ofreció el Ejecutivo.

Tras la eliminación del subsidio, el precio del diésel pasó de 1,80 a 2,80 dólares por galón (3,78 litros), lo que provocó el anuncio de paralización de actividades -luego suspendida- por parte de los transportistas de la provincia de Pichincha, aunque a primeras horas de este lunes sí hubo protestas en la provincia del Carchi (norte).

El analista político César Ulloa, anotó que topar el precio de los combustibles «es una decisión de altísimo costo político, porque desde la transición a la democracia, los combustibles, como el gas, han sido realmente intocables».

La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), la mayor organización social del país, lideró los estallidos sociales contra los presidentes Lenín Moreno (2017-2021) y Guillermo Lasso (2021-2023) que les obligó a recular ante medidas similares de eliminar los subsidios los combustibles, aunque fue el inicio de una elevación gradual de precios de la gasolina.

Ahora tilda de un «nuevo paquetazo» la decisión de Gobierno que, en su opinión, «está llevando al límite la paciencia popular».

Costo político

 «Indudablemente hay un costo político altísimo en un momento en el que, además, hay una tensión fuerte con la Corte Constitucional», recordó Ulloa en referencia al pulso que mantiene Noboa con ese alto tribunal que le suspendió, de forma parcial y temporal, artículos de tres leyes que el Ejecutivo considera indispensables para luchar contra los grupos criminales.

Para el analista, Noboa se enfrenta «por primera vez» a un reto de «aceptación», pues el año pasado logró superar sin mucho daño en su popularidad el alza de 3 puntos del Impuesto al Valor Agregado (IVA), para destinar los recursos a combatir la inseguridad.

Ahora, Noboa retiró por completo el subsidio al diésel, pero ofreció varias compensaciones, entre ellas a transportistas a fin de que no suban los precios de los pasajes. «Habrá que ver si esa compensación es acogida por todos los transportistas», dijo Ulloa a EFE, mientras este lunes el Gobierno informaba de 1.744 inscritos en el programa.

El analista cree que esta situación puede ser un «parte aguas» para Noboa, pues puede repercutir en la consulta popular sobre temas políticos, económicos y de seguridad, que el Ejecutivo prevé que se realice en noviembre.

«Medida arriesgada»

Al rechazo de la Conaie, se suma el de sindicatos que creen que, más que fijarse en el bienestar del pueblo, Noboa busca cumplir disposiciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

En los planes económicos de Noboa figura reducir el déficit estatal, que alcanzó casi el 5 % del producto interior bruto cuando llegó al poder en 2023, y cumplir las metas del programa crediticio del FMI, que asciende a 5.000 millones de dólares entre 2024 y 2028.

En redes sociales ciudadanos de a pie apoyan la medida al opinar que el subsidio no beneficiaba al pueblo, mientras otros la rechazan y recuerdan que Noboa ofreció en campaña no topar el precio del diésel.

«Finalmente tomó una medida arriesgada», cuyas consecuencias aún se desconocen, dijo Ulloa al anotar que a la par de los históricos grupos de oposición, está un sector del transporte dividido y un grupo de la sociedad que está «anestesiado» y que no reaccionó ante la elevación del IVA ni al reciente anuncio del despido de 5.000 funcionarios.

Ulloa añadió que tampoco hay una «fuerza de liderazgo que convoque», pero «habrá que ver qué pasa con la Conaie, el único sector que logra movilizar y paralizar».

Miles de millones perdidos

Para el analista económico Alberto Acosta-Burneo, durante más de cinco décadas, Ecuador «dilapidó su riqueza petrolera en subsidios generalizados a los combustibles», dejando un «saldo devastador de más de 60.000 millones de dólares perdidos en un despropósito histórico».

Para él, el Gobierno ha tomado «una decisión valiente y bien diseñada», que no provocará la temida elevación permanente de la inflación pues con el alza del IVA -dijo- la inflación repuntó transitoriamente para luego descender.

«Se acabó la farra de los subsidios generalizados. Hoy comienza la era de la focalización», sentenció en referencia al plan del Gobierno para entregarlos a quienes lo necesitan.

Susana Madera