Málaga, 26 jun (EFE).- La presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha pedido este jueves que los países del Mediterráneo tengan una posición «unificada» ante los conflictos armados en Oriente Próximo, que permita acabar con el «genocidio» en la Franja de Gaza con un apuesta conjunta por la «solución pacífica de dos Estados».
Armengol ha hecho este llamamiento en el marco de la presidencia española de la Asamblea Parlamentaria de la Unión por el Mediterráneo, que celebra su novena cumbre en Málaga, en la que se ha puesto de relieve la situación de incertidumbre por la inestabilidad política y el recrudecimiento de los conflictos existentes.
En esta cumbre, que cuenta con representantes de 43 países miembros, Armengol ha dicho que la tensión mundial tras los últimos acontecimientos «dibuja un panorama sin precedentes».
Ha pedido a los representantes parlamentarios del Mediterráneo que se «reavive la esperanza de la paz compartida», también con un alto al fuego entre Israel e Irán «permanente y absoluto», porque «las consecuencias pueden ser nefastas en el delicado tablero global».
Ha lamentado la «escalada de violencia que vulnera una y otra vez la legalidad internacional» y ha hecho un llamamiento a «recuperar la cordura» y esforzarse para imponer la paz «a través de la diplomacia y el multilateralismo».
La solución de dos estados para acabar con la guerra en Gaza también ha sido defendida por los dirigentes de las cámaras de representantes de Egipto y Marruecos, que forman parte de la copresidencias de la Asamblea durante el periodo 2020-2026.
El vicepresidente del Parlamento de Egipto, Mohamed Abou El Enein, ha señalado que la “guerra indiscriminada” en Gaza, Líbano o Siria, que ha sido “trasladada a otros sitios”, podría hacer de la región “un verdadero foco infernal a nivel de inestabilidad política”.
Ha advertido de que la región árabe se expone al riesgo “sin precedentes” de una “guerra total”, ha subrayado los importantes “esfuerzos” de Egipto para que haya paz en la zona y ha insistido en que la única solución es la de dos estados.
Ha asegurado que Egipto no permitirá ninguna transgresión a su territorio nacional ni injerencias en sus asuntos internos, lo que ha situado como una línea roja.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes de Marruecos, Rachid Talbi El Alami, ha alertado sobre la “magnitud de los desafíos y crisis a los que se enfrenta la región mediterránea”.
Ha indicado que el punto de partida para resolver los problemas de la región es el cese de la guerra en Gaza y ha considerado que se debe abrir un horizonte político con una “pausa duradera y dos estados”, ya que mientras no se garantice la existencia del pueblo palestino la región “seguirá siendo un foco de violencia, fanatismo e inestabilidad”.
Migración y emergencia climática
Respecto a otros desafíos de la región mediterránea, Armengol ha dicho que hay que abordar con urgencia la «emergencia climática» en una región que se calienta un 20 por ciento más rápido que el resto del mundo.
Ha expuesto que es necesario atajar el alto porcentaje de tráfico marítimo que navega por el Mediterráneo, apoyar las energías renovables bajas en carbono y «comprometer» a las ciudades en la transición energética.
También ha señalado que hay que incorporar la «capacidad laboral» del gran porcentaje de población joven del Mediterráneo Meridional y ha destacado que hay que distinguir las causas estructurales e los movimientos migratorios en la región al margen de las coyunturales.
El presidente del parlamento marroquí ha pedido “corregir las percepciones erróneas” sobre la migración y velar por que no se utilice como “instrumento de política interna”, a la vez que ha subrayado la “estrecha colaboración” entre España y Marruecos “en la gestión de los flujos migratorios” con un enfoque “humanista y respetuoso con los derechos humanos”.
La novena Cumbre de presidentes de la Asamblea Parlamentaria de la Unión por el Mediterráneo reúne en Málaga a representantes de 43 países. Mañana viernes se celebrará la decimoctava sesión plenaria de la Asamblea y se cederá la presidencia a Egipto.