Artrosis en Asturias, cervicales en Madrid o lumbares en Galicia: cada zona tiene su dolor

Imagen de archivo (07/08/2021) del director médico-quirúrgico del hospital Costa del Sol de Marbella (Málaga) y presidente de la Sociedad Española de Cirugía de la Mano (SECMA), Adolfo Galán.
EFE/ Esther Gómez

Eduardo Sobreviela

Madrid, 16 may (EFE).- Factores como el tipo de empleo predominante, el estilo de vida, el clima, la edad de la población y el acceso a los servicios de fisioterapia hacen que los dolores derivados de patologías musculoesqueléticas presentan variaciones significativas según la región de procedencia de los pacientes.

El profesor del Departamento de Fisioterapia de la Universidad Europea Alberto Bermejo ha analizado estadísticas como la Encuesta Nacional de Salud del INE y abundante literatura sobre este asunto para llegar a la conclusión de que el perfil laboral de la región es un factor “determinante” en la prevalencia, pero por supuesto no el único.

“No es lo mismo tratar a un paciente que pasa ocho horas al día frente a un ordenador que a uno que trabaja en la construcción o en el campo”, afirma Bermejo, que a este factor y a otros ya mencionados añade varios más también importantes como el estrés, la alimentación, el nivel educativo o el nivel socioeconómico.

Dolores de la oficina, del campo y de la fábrica

Consecuencia de este ‘cóctel’ de factores se observa por ejemplo que en áreas urbanas como Madrid o Barcelona, con alta prevalencia del trabajo de oficina o teletrabajo, predominan cervicalgias, lumbalgias y el síndrome del túnel carpiano.

Son dolores consecuencia de lesiones relacionadas con el sedentarismo y la mala ergonomía, posturas inadecuadas que se mantienen durante largas horas, a menudo frente al ordenador, entre las que es cada vez más frecuente el síndrome del piramidal, producido por la permanencia en posiciones sentadas durante largas horas.

En cambio, en zonas agrícolas o industriales como Andalucía, Castilla-La Mancha o Galicia son más frecuentes las lesiones por sobrecarga muscular, tendinopatías y problemas lumbares.

Son dolores en este caso consecuencia de trabajos que requieren actividades físicas muchas veces repetitivas, que están relacionadas con el sobreuso de estructuras corporales y pueden dar lugar a tendinopatías en hombros, codos y rodillas, lumbalgias mecánicas y hernias discales, así como fracturas por estrés y esguinces, especialmente en sectores como la construcción o la agricultura.

Dolores de la edad o del deporte

A su vez, regiones con una población relativamente más envejecida que otras, como Castilla y León o Asturias, presentan predominio de patologías degenerativas como la artrosis, la osteoporosis y las fracturas por fragilidad ósea.

Y en territorios con una fuerte presencia de turismo y deporte, como Canarias, Baleares o la Comunidad Valenciana, es habitual atender lesiones deportivas, esguinces y problemas articulares en miembros inferiores.

Finalmente, en otras comunidades, entre las que el experto menciona Andalucía, Extremadura o Castilla-La Mancha, se localizan un mayor número de pacientes con patologías musculoesqueléticas crónicas muchas veces asociadas a la combinación de tasas elevadas de sedentarismo, obesidad y cierto envejecimiento de la población.

La importancia de la prevención

De forma paralela, autonomías como País Vasco, Navarra o Cataluña presentan mejores indicadores de salud musculoesquelética gracias a una mayor implantación de programas de prevención y mejores hábitos de actividad física.

Al respecto subraya Bermejo que el acceso a servicios de fisioterapia, tanto públicos como privados, tiene un impacto directo no solo en la evolución de las dolencias, sino también en su prevención.

“En lugares donde la fisioterapia es más accesible, los problemas musculoesqueléticos pueden ser tratados en fases iniciales, evitando que se cronifiquen y mejorando significativamente la calidad de vida”, pero en aquellas regiones con menor disponibilidad de fisioterapia, “los pacientes tienden a buscar ayuda cuando el dolor ya está más avanzado, lo que incrementa el riesgo de complicaciones a largo plazo”.

A la vista de las diferencias territoriales detectadas, el experto recomienda adaptar las medidas preventivas según el entorno laboral, por ejemplo estableciendo “pausas activas, buena ergonomía y actividad física regular” en trabajos sedentarios o formando en técnicas de carga, rotación de tareas y programas de fortalecimiento en empleos físicamente exigentes como la agricultura, la industria o la construcción.

La cuarta parte de los españoles sufre dolor crónico

En España hay nueve millones de adultos, el 25,9 %, que sufren dolor crónico, sobre todo en extremidades, articulaciones y espalda, y a buena parte de ellos les dificulta actividades cotidianas como levantarse, sentarse y vestirse, aunque casi uno de cada tres, un 27,1 %, desconoce su causa, según el Barómetro del Dolor Crónico en España 2022.

Para que sea considerado como tal, el dolor crónico debe producirse de forma continua más de cuatro días a la semana y persistir durante al menos tres meses, y, además de los que refiere el profesor Bermejo, el Barómetro incluye entre otros los causados por un malestar emocional por causas biológicas, psicológicas o sociales; oncológico; postquirúrgico o neuropático.