Así se ve el futuro de la OTAN desde España: ¿peligra?

Imagen de archivo de la ministra de Defensa, Margarita Robles. EFE/ Jesús Bartolomé

Madrid, 8 mar (EFE).- Estados Unidos lleva años advirtiendo a sus aliados de que tienen que invertir más en defensa para no tener que soportar la carga de la OTAN, pero la presión se ha intensificado con la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca. Y ya están saliendo voces pidiendo la salida de este país de la Alianza, como Elon Musk.

Los países europeos ven cómo la administración Trump se distancia, lo que ha llevado a los ‘veintisiete’ a un acuerdo para multiplicar el gasto en seguridad y defensa con el objetivo de rearmar Europa ante la “amenaza existencial” que representa la agresión de Rusia sobre Ucrania.

En este escenario, ¿cómo se ve desde España el futuro de la Alianza Atlántica?. El efecto que pueden tener este tipo de actitudes y conductas por parte de Estados Unidos no es inmediato, pero podría serlo a largo plazo, asegura a EFE Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano.

 

Europa ve la necesidad de asumir su propia defensa

Este experto pone el foco en que la UE se ve ahora en la necesidad de asumir su propia responsabilidad en defensa y seguridad, bien en colaboración con Estados Unidos mientras se pueda, pero también en solitario si es necesario.

Prueba de ello es el respaldo de los jefes de Estado y de Gobierno al plan para “rearmar” el continente que presentó recientemente la Comisión Europea, una estrategia para movilizar que hasta 800.000 millones de euros.

Un paso que, según Arteaga, ayuda a que los aliados europeos se presenten en la próxima cumbre de la OTAN, que se celebrará en La Haya en junio, en una situación en la que Estados Unidos “no podría decir que no han hecho un esfuerzo extraordinario”.

“Nos colocaría en mejor situación”, insiste este experto, si bien considera que de esta forma también se está transmitiendo el mensaje de que la UE puede defender a sus ciudadanos, que no crean que “si la OTAN no nos defiende, no hay nada detrás”.

Recuerda, sin embargo, Arteaga, que no es la primera vez que la Alianza vive momentos similares a los actuales y se remonta a la distensión creada en 1986 entre el entonces presidente estadounidense, Ronald Reagan, y el ruso, Mijail Gorbachov.

Era el fin de la guerra fría y Estados Unidos esperaba que Europa asumiera mayor responsabilidad y, por tanto, mayor carga en la OTAN, pero los países europeos no solo no lo hicieron sino que redujeron en mayor medida que Estados Unidos su contribución a la Alianza.

Un nuevo episodio en 2014, la anexión de Crimea por parte de Rusia junto con la aparición del Estado Islámico, centraron la Cumbre de la OTAN de Gales de ese año.

 

Obama dio el primer toque

Ya en aquél momento el entonces presidente estadounidense, Barak Obama, “dio el primer toque” y dijo que “no podía ser” que Estados Unidos estuviera defendiendo a Europa y sufragando más del 80 % del gasto de la Alianza mientras “los demás mirábamos y tocábamos el violón”, señalan a EFE fuentes militares.

Fue entonces cuando se llegó al “famoso” acuerdo de llegar al 2 % del PIB en inversión en defensa, recuerda Arteaga, un objetivo que no alcanzan todavía ocho países de la OTAN, entre ellos España, que con el 1,28 % está a la cola, aunque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado que llegará a ese porcentaje antes del año 2029 al que se había comprometido.

Una nueva invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022 “revitalizó” la OTAN porque la amenaza rusa “une mucho”, apunta este experto, y tanto los aliados europeos, entre ellos España, como Estados Unidos han contribuido con sus capacidades a apoyar a los ucranianos.

Ahora Trump amenaza con cancelar la ayuda para presionar al presidente ucraniano, Volodímir Zelesnki, a que acepte sus condiciones de alto el fuego, y los países europeos han reaccionando acordando acelerar el gasto en defensa y mantener el respaldo sin fisuras a Ucrania.

Y es que mientras para los países europeos está en juego la seguridad de toda Europa y no solo la soberanía de Ucrania, para Estados Unidos la amenaza ya no viene de Rusia sino de China.

“Ellos ya no creen que Rusia vaya a intentar llegar a los Pirineos como se creía que iba a hacer la Unión Soviética en los años 70”, señalan las fuentes militares.

Además, apuntan a que la “cicatería” de los estados europeos en su apoyo a Ucrania les ha relegado a ser meros comparsas en la negociación de la paz.

 

“Muerte cerebral”

El investigador del Instituto Elcano confía en que los riesgos que pueden existir de desvinculación de Estados Unidos de la seguridad europea se modulen en la práctica como ha ocurrido otras veces.

Ya se escuchó a Donald Trump durante su primer mandato y a dirigentes europeos hablar de “muerte cerebral” de la OTAN, asegura este experto, que precisa que hasta ahora ha habido un desfase entre el riesgo que provocan esas manifestaciones y su materialización.

“No se pueden adoptar decisiones irreversibles sin meditación y sin prever alternativas. Es más fácil siempre cambiar alianzas o reglas de juego sin romper que restaurar después”, recalca.

Las fuentes militares consultadas no dan ningún valor a declaraciones como las de Elon Musk, a pesar del ascendiente que tiene sobre Trump, y no ven a Estados Unidos abandonando la OTAN, ni que esta organización peligre.

Pero sí advierten: “Se ha acabado la broma y a partir de ahora habrá que aportar muchísimo más”.

Para Arteaga, las declaraciones políticas en contra de la OTAN van más allá de un presidente y de una administración, en el efecto que pueden tener  largo plazo en la menor afinidad de la población estadounidense con Europa.

Ya no es un pueblo que ha compartido con los europeos dos guerras mundiales, son generaciones nuevas que tienen otra forma de ver el mundo occidental, la democracia, lo transatlántico, como se constata en los millones de ciudadanos que han votado a Trump, apostilla.

Teresa Díaz