Aumenta la presión internacional para cerrar un tratado para frenar los plásticos

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España, Sara Aagesen, ofrece declaraciones a la prensa desde Niza con motivo de su participación en la Cumbre  de la ONU sobre los Océanos. EFE/ Edgar Sapiña Manchado

Antonio Torres del Cerro

Niza (Francia), 11 jun (EFE).- La presión internacional para alcanzar un acuerdo mundial que combata la contaminación por plástico ha aumentado durante la Cumbre de la ONU sobre los Océanos (UNOC3) con la aprobación de una declaración que sigue sumando miembros.

Este miércoles, al menos 96 países ya habían apoyado un texto que insta a cerrar un tratado mundial para frenar la producción de plástico con vistas a que el próximo agosto en Ginebra (Suiza) se llegue a un consenso, a pesar de las reticencias de potencias petroleras como Arabia Saudí, Irán y Rusia.

«Hay países que ya han dicho que están en contra (…), pero entiendo que el liderazgo tiene que estar ahí porque la evidencia científica nos lleva a decir que es necesario actuar con urgencia», declaró hoy desde Niza, sede la UNOC3, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica del Gobierno de España, Sara Aagesen.

La contaminación por plásticos es un desafío de envergadura para la preservación de los ecosistemas marinos -se calcula que entre 100.000 aves y mamíferos acuáticos mueren cada año por culpa de este material- y para la salud humana, con estudios que la relacionan con problemas del sistema endocrino.

Tras la histórica adopción en la ONU de una resolución en 2022 para acabar con la contaminación por plástico, se dieron cinco sesiones de negociaciones para aprobar un acuerdo que resultaron infructuosas (Uruguay, Francia, Kenia, Canadá y Corea del Sur) debido a la negativa de los países petroleros con grandes industrias petroquímicas.

«Estamos interactuando con todos los países que actualmente todavía no se han posicionado a favor», señaló Aagesen, acerca de un grupo de indecisos que puede ser clave.

Para el colombiano Andrés del Castillo, abogado especialista en el tratado del plástico del Centro de Derecho Ambiental Internacional (CIEL, por sus siglas en inglés), la declaración anunciada durante la UNOC3 es «un muy buen punto de partida» y demuestra que no hay «una mayoría silenciosa, sino una mayoría que está hablando fuerte».

Este respaldo «protege también a los diferentes países que de pronto tenían miedo de represalias económicas» de parte de los Estados opositores al pacto, explicó a EFE Del Castillo.

El experto, quien incluyó en el grupo de bloqueo del tratado a Venezuela y Cuba, advirtió de que «hay 1.400 proyectos de nuevas industrias petroquímicas en el mundo y no existe un sistema de manejo de basuras que pueda controlar ese aumento exponencial».

Del Castillo contó que los países que han sido pioneros en frenar el plástico no han sido los considerados como desarrollados, sino los africanos -citó a Ruanda y Kenia-. Recordó además que el primer país en regularlos fue Bangladés, en los años 90.

«Lo hicieron porque el exceso de plásticos saturaba sus canalizaciones», indicó el abogado.

El experto destacó que cada vez hay más evidencias científicas acerca del impacto nocivo de los microplásticos y sus aditivos en el ser humano y mencionó enfermedades cardiovasculares y la perturbación del sistema endocrino como consecuencia del contacto con los 16.000 químicos que se usan en los plásticos.

La ministra francesa de Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher, enfatizó al final de la jornada la importancia de centrarse en limitar la producción de plásticos.

«Es mentir a la ciudadanía y a la ciencia decir que basta con el reciclaje. Hay que frenar la producción», alegó Pannier-Runacher en una conferencia de prensa.

Según el Gobierno francés, cada año se producen alrededor de 460 millones de toneladas de plástico y esta cantidad podría triplicarse hasta 2060 si no hay ninguna medida de restricción.

Entre los países signatarios de la declaración, no constan, de momento, las dos principales potencias demográficas, China y la India, ni tampoco Estados Unidos o grandes economías latinoamericanas como Brasil y Argentina.

Sin embargo, sí que figuran España, Chile, Colombia, Costa Rica, la República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Perú y Uruguay.