Bangkok, 5 may (EFE).- El ministro de Interior de Australia, Tony Burke, dijo este lunes que el país defenderá su industria cinematográfica “inequívocamente”, después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara aranceles del 100 % a películas producidas en el extranjero.
“Nadie debería tener ninguna duda de que defenderemos inequívocamente los derechos de la industria cinematográfica australiana”, dijo Burke en declaraciones recogidas por la cadena pública ABC.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, publicó en la red social Truth Social que ha autorizado al Departamento de Comercio y a la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. a implementar el mencionado arancel y advirtió que otros países ofrecen todo tipo de incentivos para alejar a los cineastas y estudios EE.UU.
En Australia, el gobierno federal ofrece una compensación por ubicación del 30 % para incentivar la producción y postproducción de películas en Australia.
La popularidad de Australia como ubicación para rodar producciones cinematográficas extranjeras ha crecido en los últimos años y el país ha comenzado ya tanto a planificar como a construir nuevos estudios cinematográficos y de sonido en localizaciones como Melbourne, Byron Bay, Gold Coast o Coffs Harbour.
Producciones estadounidenses recientes como ‘El reino del planeta de los simios’, ‘Thor: Ragnarok’ o ‘El especialista’ han sido filmadas en Australia.
A través de su cuenta en Truth Social, Trump dijo: “¡QUEREMOS CINE HECHO EN ESTADOS UNIDOS, OTRA VEZ!”, y advirtió que la industria cinematográfica estadounidense “está muriendo rápidamente”.
Trump no dio detalles sobre cómo se implementarán los nuevos gravámenes, que se suman a los aranceles -en pausa hasta julio- anunciados para decenas de países a principios de abril y que desataron una guerra comercial entre Washington y Pekín.
Precisamente, China, segundo mercado más grande para la industria cinematográfica después de EE.UU., comunicó a mediados del mes pasado que reduciría las importaciones de películas de Hollywood. EFE
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