Sídney (Australia), 26 sep (EFE).- El ministro de Sanidad de Australia, Mark Butler, afirmó este viernes que el Gobierno australiano todavía evalúa el alcance y el impacto del anuncio de Washington de imponer un arancel del 100 % a los productos farmacéuticos, y aseguró que hará «todo lo posible» para proteger el plan nacional de beneficios de la industria.
Butler explicó en una rueda de prensa en Adelaida (sur) que el Ejecutivo mantiene conversaciones con las compañías potencialmente afectadas y que existen matices en la decisión de la administración estadounidense que aún deben aclararse. «Estamos trabajando en los detalles del último anuncio del presidente», dijo el ministro.
Más de dos tercios de las exportaciones australianas de fármacos a Estados Unidos corresponden a productos derivados de sangre y plasma, un sector sobre el que el Gobierno busca determinar si se verá golpeado por los nuevos gravámenes.
Butler recalcó que Australia compra a EE.UU. muchos más medicamentos de los que exporta y advirtió que la medida puede afectar a los propios consumidores estadounidenses. «No está en el interés de los consumidores americanos imponer un precio más alto a la exportación de Australia hacia Estados Unidos», apuntó.
La reacción de Camberra se produce después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara el jueves que impondrá nuevos aranceles a partir del 1 de octubre: 100 % a los medicamentos farmacéuticos y otros productos serán afectados.
A través de sus redes sociales, Trump subrayó que estas tarifas forman parte de su plan para disminuir el déficit federal y estimular la manufactura dentro del país.
Las nuevas tarifas incluyen también un 50 % a los gabinetes de cocina y tocadores de baño, 30 % a los muebles tapizados y 25 % a los camiones pesados.
Los productos farmacéuticos son una de las mayores exportaciones de Australia a Estados Unidos, con aproximadamente 2.200 millones de dólares en productos exportados a ese país el año pasado, según la base de datos de comercio global de la ONU.