Viena, 17 jun (EFE).- Austria abrirá más sus universidades a los académicos de EEUU tras aprobar en el Parlamento unas medidas que facilitarán su contratación temporal, en medio de las crecientes presiones que viven los docentes e investigadores en ese país por las políticas del Gobierno de Donald Trump en el área universitaria.
La enmienda a la llamada Ley de Documentación universitaria y educativa fue adoptada anoche por amplia mayoría en la Cámara, con los votos de cuatro de los cinco partidos representados en el hemiciclo, todos menos el ultranacionalista FPÖ, el mayor de la oposición, informó este martes la prensa local.
De esta manera, se simplifican los trámites para la contratación de académicos de Estados Unidos, así como para los programas de estudios transnacionales.
Al justificar las medidas, la ministra de Ciencia e Investigación, la socialdemócrata Eva-Maria Holzleitner, recordó los «dramáticos acontecimientos» que afrontan las universidades estadounidenses, con recortes de su financiación y restricciones a los estudiantes internacionales.
La administración de Trump sigue un rumbo hacia la ciencia «corto de miras, estrecho de miras y peligroso para la democracia», consideró la ministra al destacar la importancia de la libertad de ciencia e investigación para la sociedad.
Ya a principios de mayo, el Gobierno de Austria fue uno de los doce de la Unión Europea (UE) que pidió a Bruselas elaborar medidas concretas para atraer a investigadores estadounidenses.
En respuesta, la Comisión Europea afirmó estar trabajando en una nueva estrategia de visados que espera poder dar a conocer a finales de este año, y ha puesto en marcha un nuevo proyecto para conceder subsidios más elevados y periodos de contratación más largos a los investigadores de alto nivel que se trasladen a Europa.
La comisaria europea de la Investigación y la Innovación, Ekaterina Zaharieva, declaró entonces que ante el «escepticismo creciente» hacia el conocimiento científico y los ataques al trabajo de los investigadores, la UE debe reafirmarse como la «locomotora» que ya es en este campo, puesto que acoge a alrededor del 25 % de los científicos de todo el mundo.