Autoridades anuncian el inicio de la entrega de armas en los campos palestinos del Líbano

Foto archivo. Dos soldados libaneses inspeccionan un mortero. EFE/Nabil Mounzer

Beirut, 21 ago (EFE).- Las autoridades libanesas anunciaron este jueves el inicio del proceso de entrega de armas en los campamentos de refugiados palestinos del país, en el marco de sus esfuerzos para limitar la posesión de armamento exclusivamente a las manos de las fuerzas de seguridad estatales.

«La primera fase del proceso de entrega de armas desde los campos palestinos arrancará hoy, empezando por el campamento de Burj al Barajneh en Beirut, donde la primera tanda de armamento será entregada al Ejército libanés», anunció en un comunicado el presidente del Comité de Diálogo Libanés-Palestino, Ramez Dimashkieh.

«Este traspaso será el primer paso, con más tandas a ser entregadas en las próximas semanas en Burj al Barajneh y en el resto de campos», agregó el responsable, en una nota difundida por el Gobierno libanés.

La decisión de acabar con la presencia armada en los doce campamentos de refugiados palestinos del país, donde residen buena parte de los 200.000 miembros de esa comunidad en el Líbano, fue tomada el pasado mayo durante una visita a Beirut del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás.

Estos recintos están controlados de facto por una miríada de facciones, sin presencia de las autoridades ni fuerzas de seguridad libanesas.

La entrega de este jueves en Burj al Barajneh, uno de los tres campos de la región capitalina, se produce después de que este mes el Consejo de Ministros del Líbano adoptara sus primeras medidas de peso para lograr que solo haya armamento en manos del Estado.

Los pasos fueron dados entre renovadas presiones estadounidenses para desarmar al grupo chií libanés Hizbulá, la única milicia local que no depuso las armas tras la guerra civil finalizada en 1990 y, junto a las facciones palestinas, los principales objetivos de los actuales esfuerzos.

Hace dos semanas, el Gabinete libanés encargó al Ejército del país la preparación de una hoja de ruta para el desarme del movimiento chií, a implementarse antes de final de año, y dos días más tarde aprobó los objetivos de una propuesta de plan estadounidense centrada en ese mismo fin.