Madrid, 14 may (EFE).- La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, ha lamentado este miércoles que la izquierda ya tenga “preparada” una huelga contra su futura ley universitaria cuando todavía “no está redactada”, y cree que la critican porque “nunca quieren que nada cambie”, para así preservar sus “chiringuitos”.

“Son incapaces de decir una sola medida que les parezca mal (…) no le encuentran los defectos”, ha declarado Díaz Ayuso en el pleno de la Asamblea, donde el PSOE-M le ha preguntado por la Ley de Enseñanzas Superiores, Universidades y Ciencia, que, previsiblemente, se aprobará en el último trimestre de 2025.
Díaz Ayuso ha defendido que su Gobierno lleva “dos años negociando con todos los sectores” para sacar adelante esta norma, y la ha contrapuesto a la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), que según la presidenta salió adelante “contra el criterio de los rectores”.
Ha sostenido además que Madrid es “la región con más estudiantes”; que el 70 % de su oferta de plazas universitarias es pública; y que aporta a las universidades más de 1.200 millones de euros de presupuesto, equivalentes al 4 % del PIB autonómico.
A su vez, ha puesto en valor medidas contempladas en la futura ley como la creación de un distrito único de prácticas; que las universidades “puedan compartir sus gastos, sus servicios administrativos o las compras”; o “que haya un mínimo de español homologado para que haya un nivel en los títulos”.
Las críticas de la izquierda
La portavoz del PSOE-M, Mar Espinar, ha reprochado a Díaz Ayuso que no dice “una verdad ni por error” y “mezcla datos adrede”.
Y es que, según las cuentas de los socialistas, las transferencias corrientes de la Comunidad de Madrid a las universidades públicas apenas equivalen al 0,4 % del PIB madrileño o, lo que es lo mismo, a 6.039 euros por alumnos.
“Madrid está a la cola de España en financiación universitaria: es un ‘puñetero’ dato objetivo”, ha recalcado la diputada.
La portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot, también ha aprovechado su pregunta a Díaz Ayuso en la sesión de control al Gobierno para interpelarla por esta cuestión, y la ha acusado de unirse “a la cruzada de (el presidente estadounidense, Donald) Trump contra el saber y contra la igualdad de oportunidades”.
“Usted es la sepulturera de la universidad pública, porque la quiere dejar sin un solo euro hasta que no quede nada en pie, para que los hijos de las familias trabajadoras no puedan ni siquiera estudiar”, ha proclamado.