Madrid, 24 sep (EFE).- La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha asegurado este miércoles que la justicia sigue sus pasos y «sigue implacable» contra Begoña Gómez, mujer del presidente del Gobierno, algo que el Ejecutivo de España tiene que «asumir».
Así lo ha expresado en preguntas a los periodistas a su llegada a la jornada organizada por la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de Madrid, donde ha sido preguntada por la propuesta del juez Juan Carlos Peinado de que Begoña Gómez sea juzgada ante un jurado popular.
«Al final la realidad es tozuda. Y le guste o no, pues la Justicia sigue implacable, sigue sus pasos. Y esto es lo que tiene que asumir el Gobierno», ha asegurado la presidenta.
En su auto, el magistrado acuerda la transformación de la pieza separada en la que investigaba la presunta malversación «en procedimiento para el juicio ante el tribunal del jurado» respecto a Begoña Gómez, a su asesora Cristina Álvarez y también respecto al delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, y cita a los tres este sábado para «concretar la imputación» contra ellos.
Ayuso ha afirmado que el procesamiento de la mujer del presidente es de «extrema gravedad», del mismo modo que lo sucedido en la Diputación de Badajoz con el hermano del presidente, David Sánchez.
Así ha hecho referencia a que la Audiencia de Badajoz haya rechazado el recurso de David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno, y del resto de investigados, entre ellos el secretario general del PSOE extremeño, Miguel Ángel Gallardo, por su presunta contratación irregular.
La presidenta madrileña ha añadido que Sánchez «podrá escudarse en supuestas causas humanitarias» que, en realidad, «no le interesan» y las politiza para estar «siempre cambiando la tendencia mediática» para solo conseguir el apoyo «del grupo terrorista Hamás».
Además, ha añadido que los miembros del Gobierno de España son los «únicos que enjuician y deciden lo que se legisla y de lo que se habla en España»; una situación que «siempre se retransmite en tiempo real para poner en cuestión todo lo que hace cada uno de los jueces».
