Bogotá, 21 ago (EFE).- Un grupo de jóvenes, científicos, líderes políticos, indígenas y afrodescendientes, encabezado por la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, se reunió este jueves en Bogotá para dialogar, desde la ética, sobre los desafíos climáticos de América del Sur, Centroamérica y el Caribe, con miras a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30).
«Ha sido una experiencia espectacular. Ha participado un grupo de personas intergeneracional (…) y se ha hecho un aporte extraordinario», afirmó Bachelet en la rueda de prensa posterior al encuentro, realizado en la capital colombiana donde mañana tendrá lugar la V Cumbre de Países Amazónicos.
La cita hizo parte de los llamados ‘Diálogos Regionales’ del Balance Ético Global, una iniciativa de la ONU y Brasil que busca escuchar a ciudadanos de todos los continentes sobre las medidas que la humanidad aún debe implementar para enfrentar la crisis climática, en coherencia con la ciencia y con la meta del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 ºC respecto a los niveles preindustriales.
«Ha habido una discusión profunda de los alcances y valores de la ética que son indispensables. No se puede hablar de crisis climática solo desde los componentes económicos, financieros o técnicos, tecnológicos o científicos. Todos estos son indispensables pero no suficientes», declaró Bachelet.
La exmandataria chilena agregó que «es clave mostrar y entender por qué los componentes éticos son tan fundamentales, entre otros porque afectan siempre a los más pobres, a los más vulnerables que son los que menos han contribuido a la situación que vivimos».
En la conferencia, la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil, Marina Silva, explicó que esta fue la segunda reunión regional, después de la celebrada en Londres en junio.
El resultado de estos diálogos, en los que participarán hasta treinta personas por región, conducirá a un informe global que será entregado en septiembre, durante la Asamblea General de la ONU, al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, y al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión de la COP30 que se celebrará en noviembre en la ciudad amazónica de Belém.
Del verbo a la acción

Silva destacó la importancia de que estos encuentros cuenten con una «diversidad muy significativa desde un punto de visita de raza, género, edad, miradas» para «fortalecer el diálogo multilateral, la cooperación y la solidaridad».
«En lugar de hacer la guerra, vamos a enfrentarnos a los cambios climáticos y a no alcanzar este punto de no retorno», señaló la ministra brasileña, al insistir en la necesidad de pasar «del verbo a la acción» para saldar las «deudas» pendientes.
Por su parte, el presidente de la COP30, el diplomático brasileño André Corrêa do Lago, resaltó las ideas «extremadamente positivas» surgidas en la reunión, que no se limitaron a señalar los obstáculos y dificultades de la región, dijo.
«Hoy ha quedado muy claro que tenemos en América Latina distintas experiencias y saberes que son muy fuertes y sabemos que eso es símbolo de lo que tenemos que buscar en ese esfuerzo, respetar las diferencias, y creo que en América Latina estamos aprendiendo cada vez más sobre este tema del respeto», concluyó Corrêa do Lago.
Lula y el presidente de Colombia, Gustavo Petro, encabezarán este viernes, en Bogotá, la V Cumbre de Países Amazónicos en la que las ocho naciones suramericanas que comparten esa cuenca discutirán compromisos concretos para la protección del llamado «pulmón del mundo» que luego llevarán a la COP30.