Redacción Deportes, 27 abr (EFE).- El Barcelona y el Arsenal se verán las caras en la final de la Liga de Campeones de fútbol que tendrá lugar en el Estadio José Alvalade de Lisboa el 24 de mayo, una final sin precedentes que enfrentará a las vigentes campeonas del título con el cuadro inglés, que vuelve a una final europea 18 años después.
Las barcelonistas, que lograron pasar a su quinta final consecutiva y sexta en total después de deshacerse del Chelsea londinense con dos victorias por 1-4, es decir, con un agregado total de 2-8, volverán a una final europea a buscar su cuarto título de Liga de Campeones, un cetro que llevan ganando dos años seguidos y para el que son, en esta tesitura, las principales favoritas.
Y es que la bestia negra de las azulgranas, el Olympique de Lyon, ese equipo que les negó su primer título en su primera final en 2019, hizo lo propio en la de 2022, y les negó la clasificación a semis en 2018, quedó eliminado después de que el cuadro ‘gunner’ tirara de épica en tierras francesas, consiguiendo remontar un 1-2 en la ida que, gracias a anotar cuatro goles y encajar solo uno, hizo que la eliminatoria terminara con un global de 3-5.
El todopoderoso Lyon, con ocho títulos europeos a sus espaldas –cinco de ellos consecutivos- ya perdió la final del pasado curso ante el Barça. Fue la primera vez que las barcelonistas lograron tumbar a la que había sido su espina clavada durante años y asentar su anhelado dominio europeo, frenando la inercia ganadora del Lyon para convertirse en el equipo a batir.
Con ello, es el equipo de Renée Slegers quién se postula también para ocupar ese trono, uno que ya ocupó en 2007; la última y única vez que jugó y ganó una final europea, que por aquél entonces aún era la Copa Femenina de la UEFA, y no la Liga de Campeones como tal.
Por aquel entonces, antes de la reestructuración, la final se disputaba a doble partido, y las inglesas lograron levantar la copa ante el Umea sueco después de una ida sin goles y una vuelta que ganaron gracias a un solitario tanto.
Después de ese título –ese año ganaron todos los cetros disponibles-, con una plantilla evidentemente que no se parece en nada a la actual, las británicas pasaron unos años de dominio absoluto en su país, pero de sequía europea. A partir del 2013/2014, también perdieron influencia en la liga doméstica, y de hecho estuvieron cinco años sin disputar la competición europea, hasta que volvieron en 2019.
Un camino distinto al del Barcelona, pero no tanto; las azulgranas directamente no habían irrumpido en la escena cuando el Arsenal levantaba su primer título, pero lo hicieron con muchísima más fuerza cuando por fin lo consiguieron. Las azulgranas ganaron su primer título en 2021, y desde entonces han conseguido tres, convirtiéndose en el tercer equipo con más en sus vitrinas, por detrás de Lyon y Fráncfort.
De hecho, este cruce que nunca se ha dado en una final, sí se ha dado en otras fases de la competición; en 2012, con la “época dorada” del equipo del norte de Londres, las rojiblancas superaron al Barcelona en dos ocasiones, por 4-0 y por 3-0, en las rondas clasificatorias para la Liga de Campeones.
No obstante, en 2021, en una narrativa totalmente opuesta, la historia fue al revés; el Barça ganó por 0-4 y 4-1 a las inglesas en fase de grupos.
Con todo, las azulgranas ya saben lo que es ganarle una final a un equipo inglés; consiguieron su primer título después de derrotar al Chelsea por 4-0 en 2021, lo que convierte al cuadro ‘gunner’ en el único británico con un cetro europeo, igual que el Barça es el único español que lo ha conseguido.
De hecho, el único otro equipo español que en las últimas temporadas ha disputado la Liga de Campeones, el Real Madrid, cayó estrepitosamente ante el equipo ‘gunner’, en una eliminatoria en la que las de Slegers remontaron un 0-2 en la ida, consiguiendo un 3-0 en la vuelta. Así es, este Arsenal parece abogado a las remontadas, mientras que este Barça a las goleadas; si las británicas pueden presumir de épica, el Barça puede hacerlo de la contundencia con la que resuelve los partidos.
Y es que sólo en cuartos de final y en semis, el Barça ha logrado agregados de 10-2 y 2-8 contra titanes (Wolfsburgo y Chelsea), lo que le tiene reservado al espectador un duelo de altura que, aunque sin precedentes, se prevé histórico.