Bayrou echa un órdago con una moción de confianza que podría hacer caer su propio Gobierno

El primer ministro francés, François Bayrou, habla durante una conferencia de prensa para presentar las directrices presupuestarias en París, Francia, 25 de agosto de 2025. (Francia) EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON

París, 25 ago (EFE).- Tras la crisis política de 2024, cuando el presidente Emmanuel Macron convocó comicios legislativos anticipados, Francia vuelve al borde del abismo con el anuncio del primer ministro, François Bayrou, quien se someterá el 8 septiembre a un voto de confianza que podría hacer caer su propio Gobierno.

Bayrou justificó su arriesgada maniobra para lograr el aval del Parlamento francés a su plan de austeridad que prevé en 2026 un ahorro de 44.000 millones de euros y, de paso, anticiparse a los efectos de la primera gran movilización social contra ese plan, prevista para el 10 de septiembre.

«Si tiene mayoría, el Gobierno sale confirmado. Si no la tiene, el Gobierno cae», resumió lacónicamente el primer ministro, quien en sus apenas nueve meses en el cargo ha registrado bajísimos índices de popularidad.

Ese escenario, probable teniendo en cuenta que los centristas y conservadores que respaldan al primer ministro carecen de mayoría absoluta, se ha ido consolidando puesto que la ultraderecha de Marine Le Pen y La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon han avanzado que votarán en la Asamblea Nacional contra la confianza de Bayrou.

Los mercados se han tomado en serio las posibles consecuencias de la votación. El principal índice de la Bolsa de París, el CAC-40, acentuó su caída cayó en el último tramo de la jornada hasta perder el -1,59 %.

La prima de riesgo francesa -el sobreprecio que paga el país para financiarse en los mercados a diez años en comparación con Alemania, que sirve de referente- repuntó 5,2 puntos básicos hasta 75,2 puntos.

Es decir, que Francia tiene que pagar un interés del 3,507 % por su deuda a 10 años, frente al 3,368 % de España, que tiene una prima de riesgo de 61,1 puntos.

En su comparecencia ante los medios rodeado de la primera plana de su Ejecutivo, Bayrou insistió en que hace falta una «clarificación» sobre la situación presupuestaria y la forma de corregirla y el lugar para hacerlo es «el Parlamento» y no «en los desórdenes en las calles», en alusión a la protesta social del 10 de septiembre.

Consciente de su falta de mayoría clara, el jefe de Gobierno intentó justificar esa moción de confianza que abre las puertas a una caída del Ejecutivo y a la inestabilidad que puede venir a continuación con el argumento de que sería más arriesgado no hacer nada.

Para Bayrou, «el riesgo» de una nueva crisis política -tras la vivida en 2024 con la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas tras el batazaco del macronismo en las europeas- «es la condición para que los franceses tomen consciencia» de la gravedad de la situación.

No obstante, se mostró disponible a recibir a «todos los grupos parlamentarios», pero advirtió que «no abandonará» el plan de ajuste propuesto en julio, que incluye una congelación de ciertas prestaciones, recortes en programas sociales y, tal vez la medida más controvertida, la supresión de dos días festivos.

El objetivo es iniciar un camino para reducir el déficit público, que se ha desbocado en los últimos ejercicios y alcanzó el 5,8 % del producto interior bruto (PIB) en 2024.

Del 5,4 % previsto para este 2025, el Gobierno confía en que con las medidas planteadas disminuya al 4,6 % del PIB en 2026, en una senda que permitiría llegar a 2029 con un déficit del 2,8 %, por debajo del 3 %, que es el tope establecido en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea.

Marine Le Pen, favorable a una nueva disolución

Marine Le Pen, cuyo partido RN tiene el mayor número de escaños en la cámara baja, anunció en la red social ‘X’ que votarán contra la confianza del Ejecutivo, lo que, sobre el papel, coloca a Bayrou más cerca de la salida.

«Solo la disolución permitirá a los franceses decidir su propio destino, y ésa es la recuperación que propone Agrupación Nacional», dijo la tres veces candidata presidencial.

Por la izquierda, los contestatarios de la Francia Insumisa -el tercer partido en escaños- confirmaron, como era previsible, su «no» a la confianza propuesta por el jefe de Gobierno.

«François Bayrou nos ha dado la fecha de su caída», declaró la jefa de filas del LFI en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot.

Entre el resto de fuerzas progresistas, lo fundamental es saber qué hará el Partido Socialista (PS), que en un primer momento no se pronunció y mantuvo el suspense, mientras que sus socios ecologistas indicaron que votarán en contra del Ejecutivo.

Antonio Torres del Cerro