París, 4 sep (EFE).- El primer ministro francés, Francois Bayrou, aseguró este jueves que no se arrepiente «en absoluto» de haber pedido el voto de confianza a la Asamblea Nacional, que se debatirá el próximo lunes y que amenaza con hacer caer su gobierno, y dijo que una eventual disolución «no resolvería absolutamente nada».
«Me preocupa la situación del país. Me preocupa la falta de concienciación, y por eso voy más allá que cualquier gobierno al decir: ‘Miren, estamos poniendo en riesgo la vida misma del gobierno’ para que el país comprenda la gravedad» de la situación, insistió Bayrou en el informativo de la noche de France 2.
A cuatro días de la votación de confianza en la Asamblea Nacional, Bayrou aseguró no arrepentirse «en absoluto» y reiteró su negativa a hacer concesiones a su proyecto de recorte presupuestario, defendiendo a un gobierno que «no elude» la necesidad de sanear las finanzas públicas.
«No abogamos por la austeridad, abogamos por una ralentización del gasto», sin la cual «la deuda seguirá aumentando», señaló en un nuevo intento de superar la moción de confianza en el Parlamento el lunes, que, sin embargo, parece avocada al fracaso, ya que se perfila un voto mayoritario en contra.
Aunque mantuvo que quiere luchar hasta «el último minuto», insinuó la posibilidad de la caída de su gobierno. «A veces caen gobiernos, y los muy buenos, ¿sabe?», apuntó.
Llegados a este punto, Bayrou se pronunció contra la conveniencia de disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones anticipadas, ya que conduciría a una cámara «aún más dividida».
Por la mañana, el primer ministro se reunió con el líder del Partido Socialista, Olivier Faure, y renovó su oferta de «discutir» las propuestas presupuestarias de los partidos de izquierda, salvo con la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, que pide un adelanto electoral.
Los socialistas, que dieron hoy por finiquitado al actual gobierno, propusieron un esfuerzo presupuestario equivalente a la mitad de los 44.000 millones de euros de Bayrou. Faure subrayó este jueves que su decisión de votar contra la moción de confianza del primer ministro «es irrevocable».
Tras recibir hoy a los socialistas, Bayrou casi ha concluido sus reuniones con los partidos políticos, ya solo le queda su encuentro previsto este viernes con el Partido Radical.
Desde el lunes, cuando empezó su ronda de contactos con los representantes de los partidos políticos la mayoría se ha posicionado en contra de dar su confianza a Bayrou.
Este jueves, el presidente francés, Emmanuel Macron, reiteró su llamamiento a las fuerzas políticas a demostrar «responsabilidad» y garantizar la «estabilidad» y, dos días antes, el martes, instó a los líderes de la actual coalición gubernamental a «colaborar con los socialistas».
Según una encuesta publicada hoy por el diario conservador Le Figaro, casi un tercio de los franceses desean la dimisión de Macron y prefieren la celebración de elecciones presidenciales anticipadas, en lugar del nombramiento de un quinto primer ministro en menos de dos años.
Y más de la mitad de los encuestados piden una nueva disolución del gobierno y la celebración de elecciones legislativas anticipadas para encontrar una solución a la crisis política que sacude Francia.