Belén Aguilera: «Me ha costado encontrar la felicidad en la paz»

Imagen de Belén Aguilera. Foto cedida por Sony Music. EFE

Madrid, 11 sep (EFE).- A punto de asaltar por primera vez el Movistar Arena y con un disco que se publica este viernes, Belén Aguilera confirma en persona cómo se encuentra conforme a una sentencia que ha dado en titular uno de esos nuevos temas, ‘Ahora que estoy bien’, después de un replanteamiento vital y profesional.

Imagen de Belén Aguilera. Foto cedida por Sony Music. EFE

«Me cuestiono mucho qué es la felicidad. Creo que la he confundido mucho con la euforia, con estímulos gigantes, y me ha costado encontrar la felicidad en la paz. Siempre me he sentido un poco incómoda ahí, porque en la quietud de estar a solas contigo misma, te asaltan muchas voces internas», confiesa al inicio de su entrevista con EFE.

Las cosas han cambiado. «Estoy muy trabajada y a día de hoy no me pasa. Ahora aprecio mucho mi paz», afirma ante el lanzamiento de ‘Anela’ (Sony), su «cuarto hijo», el primero de la mano de una multinacional, y se le nota la excitación. «Siento que hay un gran cambio de registro en mi carrera y con todo este proyecto lo que quiero es consolidar», suscribe.

Su crecimiento ha sido lento pero progresivo desde el lanzamiento de ‘Como ves, No Siempre He sido Mía…’ (2020), al que siguieron ‘Superpop’ (2022) y ‘Metanoia’ (2023), dejando por el camino una larga serie de sencillos de éxito como ‘La tirita’ con Lola Índigo o ‘Galgo’, con los que sedimentó una forma muy propia de componer.

Su nuevo álbum parte precisamente de «un viaje físico y metafórico transformador» por puntos como EE. UU. y México, a donde fue «a ciegas en busca de un proceso creativo distinto y nuevas maneras de sonar».

«Allí he creado desde la añoranza y desde la soledad, tanto por los viajes como por deshacerme de relaciones o patrones que me hacían daño. Ha habido un proceso de búsqueda de comodidad en la soledad y de dejar de castigarse», confiesa.

Tanto el concepto del disco como el título llegaron como dictado por un «mensaje angelical». «Hice una recopilación intuitiva de canciones en un proceso muy largo, pero detrás de cada una sabía cuál tenía que venir detrás; así me encontré con un álbum de 12 canciones con un vocabulario esotérico, más místico y poético, menos literal que antes», desvela.

Buscando cómo definir ese espacio onírico e idílico, manejaba el nombre de ‘Arcadia’. Ya había citado a Lana del Rey en uno de los cortes y no quería reincidir (la estadounidense tiene una canción así titulada), pero la solución vino de convertir en acrónimo uno de los versos del álbum: «Aunque No Exista La Arcadia».

El juego de palabras se hacía solo con «anhela», es decir, con soñar y desear, grandes temas de este trabajo junto con la búsqueda de identidad y el sacrificio que representa el arte (de ahí la recurrencia en el apartado visual a la danza, que ella misma practicó de niña).

«Yo vivo en un sueño hecho realidad. Vivir de la creatividad es una locura, crear es mantenerte vivo. Y quiero más, quiero llevarlo al extremo, crecer y crecer y exprimirlo todo lo posible», avisa.

Todo eso se materializa en el barroco ‘Laberinto’, que fue el primer sencillo. «Yo me he sentido más perdida que encontrada, pero es que estamos en constante evolución. Igual en un momento estás bien y donde quieres estar, pero pronto vuelve la dinámica de cambio y ahí también está la magia», opina.

En otro tema, ‘Soledad’, establece un diálogo con su abuela como una prueba de que esa situación ha dejado la connotación negativa «para pasar a hablar de estar acompañada de la soledad», mientras que en ‘Dama en apuros’ reivindica la vulnerabilidad, como ya hizo en el pasado con cortes sobre salud mental como ‘PAS’.

«Quien diga que no es vulnerable simplemente es un absoluto psicópata. En la vulnerabilidad está la fuerza. No siento que mostrarla en mis canciones me haga débil, porque convierto en arte lo que ha sido tan duro mostrar», señala la artista, que en el disco incluye «una escena postcréditos» titulada ‘Se queda dentro’.

El próximo 12 de octubre, en el Movistar Arena de Madrid, la cantautora del piano de los inicios dará el salto definitivo a la categoría de estrella pop con un gran despliegue visual además de musical, una transición que también ensalza.

«No me siento diva. Me gusta más la palabra estrella, que es muy bonita. Hay gente que visualiza lo de estrella pop como mero producto y lo de cantautora como guitarrita y taburete. Pero yo no soy ni una cosa ni la otra, soy las dos. Es bonito querer sentirse una estrella», apostilla.

Javier Herrero.