Jerusalén, 10 ago (EFE).- El ministro israelí de Seguridad Nacional, el colono y ultraderechista Itamar Ben Givir, aseguró este domingo que el plan «de conquistar la ciudad de Gaza y evacuar a más de un millón de residentes» salió adelante el pasado viernes «gracias a la presión» que ejerció sobre el primer ministro, Benjamín Netanyahu.
«Es posible lograr una victoria. Quiero toda Gaza. Quiero fomentar la migración y los asentamientos», dijo el ministro radical en una entrevista con la emisora pública israelí Kan recogida por la prensa israelí, en referencia al restablecimiento de los asentamientos que fueron desmantelados en 2005 de Gaza, donde llegaron a vivir unos 8.000 colonos.
La madrugada del viernes el gabinete de seguridad israelí, el órgano encargado de gestionar la ofensiva en Gaza, aprobó un plan con el que pretenden tomar el control de la ciudad de gaza, donde se estima que hay entre 800.000 y un millón de gazatíes, pese a las reticencias que mostró el jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir.
«Escucho muchos informes del jefe del Estado Mayor diciendo que necesitamos muchos soldados (para llevar adelante el plan). No es cierto, no los necesitamos», dijo el titular de Seguridad Nacional.
Y agregó: «Si Hamás mata a los rehenes, los terroristas deben ser ejecutados».
Durante la reunión, Zamir advirtió a Netanyahu de que un plan de estas características va a poner en peligro la vida de los rehenes y que va a causar más bajas entre los soldados israelíes, muchos de los cuales se encuentran cansados tras casi dos años de ofensiva, según reportes de la prensa israelí.
En agosto del año pasado, Hamás ejecuto a seis rehenes cuando las tropas se estaban acercando al túnel en el que se encontraban. Este es ahora el mayor miedo de los familiares de los rehenes, quienes piden al Gobierno israelí que retome la vía diplomática para que sus seres queridos puedan regresar a casa a través de un acuerdo con Hamás.
Anoche, el otro ministro radical y colono israelí, el titular de Finanzas, Bezalel Smotrich, criticó a Netanyahu y le acusó de no buscar una «victoria» sobre Hamás, y aseguró que su objetivo es en realidad presionar al grupo para que vuelva a la mesa de negociaciones y no ocupar el enclave.