Berna González Harbour revisa las miserias del colonialismo en África en su nueva novela

La periodista y escritora Berna González Harbour (Santander, 1965) indaga en las heridas del colonialismo británico en África en su nueva novela, 'Qué fue de los Lighthouse' (Destino), en la que entrelaza memoria familiar, investigación histórica e imaginación y deja en evidencia la actual "decadencia" británica. "Inglaterra está en plena decadencia, el Brexit fue un signo de ello y esta xenofobia que está surgiendo ahora también", ha dicho a EFE la escritora, que con esta novela ha dado el salto del género policíaco en el que estaba curtida a una historia familiar llena de secretos que abarca varias generaciones y dos continentes.  EFE/ Editorial Destino/SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

Madrid, 3 jun (EFE).- La periodista y escritora Berna González Harbour (Santander, 1965) indaga en las heridas del colonialismo británico en África en su nueva novela, ‘Qué fue de los Lighthouse’ (Destino), en la que entrelaza memoria familiar, investigación histórica e imaginación y deja en evidencia la actual «decadencia» británica.

«Inglaterra está en plena decadencia, el Brexit fue un signo de ello y esta xenofobia que está surgiendo ahora también», ha dicho a EFE la escritora, que con esta novela ha dado el salto del género policíaco en el que estaba curtida a una historia familiar llena de secretos que abarca varias generaciones y dos continentes.

De madre británica y padre español, González Harbour empezó a pensar en el significado de su segundo apellido hace 25 años, durante el entierro de su abuelo, que fue veterinario del servicio colonial británico en Tanganica, actual Tanzania.

Hablando con dos de sus tíos, cada uno describía al patriarca de un modo completamente diferente, hasta el punto de que parecía tratarse de personas distintas. Espoleada por el intento de entender quién era su abuelo y animada por su agente, hace cuatro años empezó a indagar y a escribir.

«La leyenda familiar decía que había llevado las vacunas a Tanzania porque era veterinario y hablaba de ese imperio decente que era Inglaterra, que llevaba la civilización a las colonias, infraestructuras, carreteras, hospitales, iglesias a los paganos», señala.

Pero cuando empezó a investigar lo ocurrido en Tanganica, más allá de su propia familia, se encontró con expropiaciones, deportaciones de gente, traslados de aldeas de un lado para el otro, saqueos.

Los hechos históricos que menciona en la trama los recabó investigando en los Archivos Nacionales británicos, donde encontró abundante material, a pesar de la llamada operación Legacy, que llevó a los ingleses a quemar y destruir todo el material que no pudieran traer de vuelta a Londres en el proceso de descolonización.

Estuvo en marcha entre la década de los 50 y los 70 del siglo pasado, pero no se conoció su alcance hasta 2011, cuando empezaron a salir a la luz parte de los archivos secretos del ministerio de Exteriores.

«Gracias a esos archivos se han podido documentar, por ejemplo, las torturas y muertes a los Mau Mau, los rebeldes en Kenia que luchaban contra los ingleses», recuerda la escritora. «Mataron a miles, los ingleses les mutilaron, les torturaron, les violaron».

La trama de la novela de González Harbour arranca en el entierro del patriarca de los Lighthouse, una familia ficticia inspirada en la propia, con dos hermanos con discursos enfrentados y una herencia, unos diarios que deja a la que fue su criada.

A través de esos hermanos la autora busca ejemplificar el enfrentamiento que existe detrás de muchas de las «guerras culturales» actuales, tanto en Inglaterra como en Estados Unidos o España.

Uno es muy conservador, crápula, mujeriego y defensor de ese «imperio decente», mientras que el otro es «woke», progresista y partidario de revisar el pasado.

«Yo creo que es fundamental como sociedad conocer lo que hemos hecho y de dónde venimos», subraya. Sobre el debate de la restitución de bienes cree que en muchos casos no se trata tanto de devolver como de conocer y contextualizar, ya que a menudo «no lo quieren ni hay comunidades que lo quieran recibir».

Lo que están haciendo los museos en Bélgica, en Berlín o en Londres es «resignificar», es decir, ofrecer la información sobre su procedencia y llegar a acuerdos para viajar a los países de procedencia en caso de que existan museos para ello.