Eva García González
Santander, 17 sep (EFE).- El actor Nahuel Pérez Biscayart (Buenos Aires, 1985) asegura que «más allá de los discursos bonitos y llenos de supuesta humanidad», hay que tomar acciones que puedan «salvar las vidas que se están perdiendo», en referencia a la situación en Palestina.
«Es duro pensar qué podemos hacer cuando lo que hace falta en realidad es una intervención militar frente a un estado genocida como el de Israel, que está diezmando y haciendo desaparecer una población entera», reivindica en una entrevista con EFE en el Centro Botín, en Santander.
Pérez Biscayart, que ha protagonizado largometrajes como ‘120 latidos por minuto’, ‘Un año, una noche’ o ‘Jockey’, ha recibido en Santander el Faro Dos Orillas, reconocimiento que otorga el Festival de Cine de la capital cántabra y que simboliza el puente entre el cine iberoamericano y el español.
El actor habla de «exterminio y dominación» en el caso de Gaza y considera que «causan un dolor difícil de recomponer, porque se han empezado a aceptar unas imágenes tan espeluznantes que se normalizan».
Plataforma de denuncia

«Estamos en un momento muy bisagra de aceptar el horror y normalizarlo o de despertarnos y decir: ‘No, acá tiene que haber un límite'», considera el artista, que ve el cine como un «espejo o puente» con una «utilidad profunda para transformar».
El actor considera que como figura pública debe usar su voz como plataforma para hablar del «exterminio» y la «normalización del horror» y explica que no se le ocurre vivir de otra manera, porque es la única forma de «no soltar el hilo de empatía, amor, unión, solidaridad y cooperación».
En este sentido, opina que usar su voz como plataforma para denunciar «es un acto de amor», aunque reconoce que muchas personas no la usan porque «tienen miedo de perder privilegios».
Pérez Biscayart ha invitado a hablar de estos temas «antes de que sea demasiado tarde», porque -advierte- después el dolor será mayor «por ser cómplices silenciosos de un proceso de genocidio» como el que está ocurriendo, que, añade, «no es el único del mundo».
«Poner la lógica de la guerra como única solución a las cosas es una decadencia humana, ahí no vamos a experimentar nada que se parezca al amor, ese lugar único que nos da cobijo, lo único que nos conecta», señala.
Conectividad cinematográfica

El actor considera que el premio con el que ha sido galardonado, el Faro Dos Orillas, le parece «muy bonito» por el simbolismo que envuelve la idea del faro y las orillas como reconocimiento de la expansión del cine, que no tiene un anclaje físico y que está en más de un lugar.
«Es importante que haya un contacto entre todos los continentes y entre todos los lugares el mundo. Por eso pienso en dos, tres, cuatro y cinco orillas», asegura.
Pérez Biscayart aboga por «expandir las fronteras» y considera que «la verdadera revolución existirá cuando no existan más fronteras», por lo que celebra que los países no tengan que pasar por el «norte global» para tener comunicación y participación creativa en una película.